SERMONES

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Una vida digna del Señor

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Colosenses 1 comenzando con el versículo 9 al 14. Mientras buscamos ese texto si fuéramos a tomar una encuesta esta mañana y le pregunto: ¿por qué llegaste a la Iglesia esta mañana, por qué llegaste a este culto? Bueno Pastor porque el culto de las 9 me conviene, así puedo llegar al trabajo, almorzar o tal vez ustedes tienen razones más sublimes; Pastor: estoy enfermo y quiero que el Señor me sane, o Pastor: tengo un problemita legal y necesito que el Señor me ilumine o que el Señor me revele cómo navegar la ola. Pastor: mi hogar está pasando por una crisis y quiero que el Señor intervenga. Estas son razones.

Si usted ha llegado con esas razones, son válidas, bienvenidos. Pero muchos otros tal vez contestarían de esta manera: Pastor, estoy aquí porque quiero que Dios cambie mi vida. Quiero cambiar mi vida. Y francamente mis hermanos, en estos días de consolidación creo que podemos hablar con mucha autoridad que ese es el deseo de nuestro corazón, de que esta Congregación se llene de gente que vengan con ese deseo a la Casa de Dios.

Pastor: quiero cambiar mi vida, sé que, no estoy seguro qué es lo que tiene Dios para mí pero sé que tiene que ser algo distinto a lo que yo he estado viviendo, y yo digo: gloria a Dios. Quiero cambiar mi vida; bien. Entonces mi pregunta sería: cambiarla ¿para qué, o en qué, o hacia qué? Y esta mañana esta Palabra se dirige a ese deseo, a usted que ha llegado con ese deseo y le sugiero esto: si quieres cambiar tu vida cámbiala por una vida que se asemeje a la vida que Dios intentó que vivieras cuando Él te creó, una vida digna del Señor. El Señor que te creó, el Señor que te entregó esa vida, el que te rescató para que la vivieras en victoria.

Este texto nos provee mis hermanos un esquema de una vida que vale la pena vivir, ¿a qué se parece esta vida digna del Señor? Versículo 9: "Por lo cual también nosotros desde el día" a propósito: Padre, Señor te bendigo, te bendigo. Señor: declaro que Tu Presencia es tan dulce y tan obvia, tan manifiesta. Ahora Señor vivifica esta Palabra con la misma frescura con la que me la entregaste, Señor que así los corazones la reciban y que haga cambios, en el Nombre de Jesús.

"Por lo cual nosotros desde el día que lo oímos no cesamos de orar por vosotros y de pedir que seáis llenos del conocimiento de Su Voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios, fortalecidos con todo poder conforme a la potencia de Su gloria para toda paciencia y longanimidad, con gozo, dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de los santos en luz."

Y mis hermanos me detengo en los versículos 13 y 14 porque para entender, para nosotros entender por qué vale la pena vivir una vida digna del Señor primero tenemos que entender lo que Cristo hizo por nosotros. En el versículo 13 y 14 nos encapsula un milagro gigantesco, la razón por la que nosotros estamos aquí y por qué podemos esperar vivir una vida digna del Señor.

El versículo 13 declara que Él, el Señor: "Nos ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al Reino de Su amado Hijo en quien tenemos redención por Su sangre, el perdón de pecados. El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas." Aquí hay una verdad mis hermanos que si no la captamos nada de lo demás de este pasaje tendrá sentido.

Esta vida digna del Señor no sería posible, sería mas bien imposible sin la obra redentora que hizo Jesús por nosotros, el cual nos ha librado dice ahí; en otras palabras nos ha rescatado de la potestad de las tinieblas. Algunas versiones bíblicas traducen esa palabra "potestad" en: dominio de las tinieblas. O sea, no es meramente un poder vago, están hablando como de un reino o un estado. Son unas tinieblas organizadas, estructuradas bajo el mando de aquél quien la Escritura llama "el príncipe de este mundo" que el Señor lo reprenda. Es un estado organizado.

Imagínense mis hermanos un laberinto oscuro tanto vertical como horizontal y éramos rehenes de ese dominio. Estábamos perdidos en ese laberinto de tinieblas. Dentro de este laberinto uno se puede mover de un nivel de tinieblas a otro aún, tal vez un poco menos opresivo pero no te das cuenta que todavía estás en tinieblas; ¿conoce gente así? Te mejoras un poco, las cosas te van tal vez un poco mejor, asistes a una conferencia o tal vez oyes un mensaje y tal vez de mueves pero lo opresivo de este lugar es que uno no puede escaparse de este lugar por nuestra propia cuenta a menos que alguien nos rescate, a menos que alguien entre como hizo Jesús.

Dice que el Señor nos libró. La palabra allí es "nos agarró." Imagínese al Señor extendiendo Su Mano y agarrándote por el cuello o por el moño como dice el profeta Zacarías: "Como tizón sacado de entre las llamas, el Señor extendió Su Mano y te agarró, te libró de ese lugar y nos trasladó." La palabra que usan aquí es la palabra que usaban cuando te daban un pasaporte para entrar en otro país.

En otras palabras, nos entregó los papeles de una realidad totalmente distinta. Nos trasladó los papeles al Reino de Su Hijo amado. Claro, muchacho. Yo conozco algunas iglesias que al oír eso, my goodness. El Señor nos rescató del infierno a través de la redención de Su sangre preciosa, redención. En otras palabras Él pagó el precio a través de Su sangre, pagando una deuda del pecado, el pecado que nos separaba de nuestro Dios, nos separaba de Su Gracia, nos separaba de Su luz, nos separaba de Su Voluntad, nos separaba de la vida, de la fuente de vida.

Él pagó el precio dándole valor, esto es lo que quiere decir redención, dándole valor a algo que no valía nada. That's what He did. Y por eso ahora estamos en este Reino de luz, por eso usted puede aún oír esta Palabra porque el Señor nos rescató del dominio de las tinieblas ¿para qué? para que vivamos una vida digna del Señor. Gloria a Dios.

Pastor: esto se oye muy bien ¿cómo es esto Pastor? dígame ahora ¿cómo es esto, qué es esta vida digna del Señor? Volvamos al pasaje del versículo 9. ¿Sabe? ninguno llega al Reino de Dios conociendo instintivamente cómo vivir una vida digna del Señor, no se preocupe.

Cuando el apóstol Pablo se enteró que el Señor estaba haciendo esta obra redentora entre los Colosenses él elevó esta oración y mis hermanos, deberíamos también elevar unos por otros esta oración, ore esto por usted y por los hermanos de esta Congregación; yo creo que sería la oración más noble que usted puede ofrecer al Señor, nosotros podemos ofrecer al Señor unos por otros: que seamos ¿qué? "Llenos del conocimiento de Su Voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual."

Bienvenido al Reino de Dios y ¿sabes qué? todos somos nuevos al Reino de Dios. No sabemos vivir una vida digna del Señor, llegamos con nuestras malas mañas al Reino de Dios. Yo lo comparo a rescatar a Tarzán de la selva y lo sientan en la mesa y lo tiene que entrenar a usar cuchara y cuchillo, y qué se hace en la mesa y qué no se hace en la mesa. Algo así nosotros llegamos al Reino de Dios, totalmente no preparados, nacidos de nuevo. Y llegamos con nuestras malas mañas, con los hábitos que adquirimos navegando el dominio de las tinieblas.

Las cosas que usabas en el dominio de las tinieblas eso usas aquí en el principio. El problema es éste: tal vez en ese dominio era necesario mentir y estafar, y engañar para poder salir con la tuya pero descubres dentro de poco que eso no funciona en el Reino de la luz. Tal vez acá llegaste con un carácter iracundo, una piel demasiado tierna, te ofendes fácil, ofendes a otros con demasiada irregularidad; también aprendes que eso no funciona en el Reino de la luz y que tienes que cambiar.

Oremos nosotros que seamos llenos, llenos del conocimiento de Su Voluntad. O sea, del conocimiento de la Voluntad de Dios para nosotros, el patrón de vida que Dios quiere que adoptemos ahora como parte de Su Reino reflejando sobre Él, no se quede meramente en nuestras emociones, no se quede meramente en nuestros corazoncitos; no se quede meramente en las lágrimas que brotamos cuando al principio el Evangelio llega a nosotros.

Queremos ser llenos del conocimiento de la Voluntad de Dios. Queremos que esta Voluntad penetre nuestra mente y que cambie nuestra cablería, nuestra manera de pensar y aún nuestra manera de soñar o de planificar, o envisionar. Una de las cosas que me encantó a propósito de la conferencia de matrimonio que tuvimos hace semanas atrás es una conferencia que tuvieron acerca de cómo la mente es capaz de cambiar. Dios nos dió un cerebro plástico, maleable. No digas: así me hizo el Señor, no puedo cambiar porque el Señor no te hizo así primeramente y dos: sí puedes cambiar.

Y ora para que el Señor te llene del conocimiento de Su Voluntad, y que esto llegue aún a los recintos inconscientes de tu mente y tu cerebro. Y esto no es magia. Para poder hacer esta obra y yo sé que es difícil, y es duro, y será lo más arduo que vas a hacer en tu vida, pero esto requiere las herramientas de Dios, todas las herramientas de Dios. Como dice aquí: "Toda sabiduría e inteligencia espiritual."

Espiritual porque Dios se convierte en nuestro entrenador, en nuestro couch. Nos sometemos a Su sistema y Él nos dará Su inteligencia, inteligencia. Nuestra capacidad de manejar datos, nuestra capacidad de manejar información; un sermón que usted oye, la clase de discipulado o tal vez lo que lees en la Palabra, que esto no sea meramente información pero el Señor lo convierta en inteligencia y sabiduría que es otra cosa todavía.

Sabiduría mis hermanos se adquiere por dura experiencia bajando nuestros rostros y sometiéndonos al trato de Dios, viendo aún nuestras luchas, nuestros quebrantos y sinsabores como una oportunidad para indagar ¿qué me estará mostrando Dios acerca de Su Voluntad? ¿qué me muestra el Señor acerca de Su visión para mí?

Y a la larga la Voluntad del Señor para nosotros es esta: "Que andéis agradándole en todo." La versión Reina Valera traduce el griego de una forma literal, andéis, la palabra prelepatesae quiere decir literalmente esto: que caminemos la Tierra y que nuestra vivencia sea digna del Señor; no solamente nuestras palabras o ideas pero aún como nosotros caminemos sea digno del Señor.

Mis hermanos entonces ¿cómo es eso? se puede reducir a esto, agradándole, complaciéndole. Aquí la imagen en el griego clásico es muy humillante, es más, en el griego no escritural, en el griego clásico era un insulto esta palabra. Indicaba una persona que se pasaba de servil. Un siervo, una persona tan servil que no se conforma con esperar que su amo lo mande pero anticipa los deseos y los gustos de su patrón y su amo. En inglés se llamaba un brown-nose, en mi vecindario se llamaba un lambe ojo.

Había una mesera, a propósito, mi favorita en sello, cuando leí esta Palabra pensé en ella, yo entraba a este lugar, un restaurante de sushi. Al yo entrar ya tenía mi té preparado, no era parte de la costumbre del lugar, ella siempre sabía que yo siempre pedía eso. Me sentaba, abría el menú y ella hasta me asustaba a veces; let me see, you want bento box with samen or chicken? you feel like samen today don't you? Chery: how do you do that? ¿cómo haces eso? pero anticipaba de antemano mis deseos y sí ¿a quién no le gusta eso? y a Dios más.

Mis hermanos, piensen esto, tomen un momento y piensen en lo maravilloso que es esto. El Señor nos ha hecho, es posible que nuestras vidas puedan agradar o complacer a Dios ¿no te maravilla eso? que Él toma placer, se agrada de nosotros. Es más por eso Él te creó, Él nos ha creado para darle placer a Él, we were created for His pleasure; Él nos hizo, nos creó porque le dió placer a Él crearnos.

¿Quiere vivir una vida digna del Señor mi hermano, una vida que valga la pena? le pregunto esto. ¿Cuál es su mayor preocupación en la vida, cuál es su mayor preocupación? ¿que se den cuenta de mí? ¿que me asciendan en mi profesión? ¿que esté rodeado de familia y amigos? ¿que me pueda retirar cómodamente y que me llamen "usted"? por lo cual usted se preocupe, sus metas en su vida es lo que su vida será.

Yo sugiero esto. Si quieres encontrar el secreto de todo gozo, de una vida y saludable cambie su preocupación por esta: Señor, te quiero complacer. Señor quiero que mi vida te agrade, pasando tu vida preguntándote: ¿te complace mi vida Señor? permítame en inglés un momentito porque esto es más mi diálogo con el Señor. God does my life please You, does it please You? God at the end of the day that this day pleases You. God whatever I came through today, Father did that give You pleasure? when You look at my heart does it give You pleasure, does my life please You?

Señor: al mirar mi corazón, al leer mi vida, al leer mis pensamientos, al mirar los pasos que tomo ¿te da placer mi vida? haga eso su preocupación. Haga eso su meta. Si es así dentro de poco su vida debe tomar estas características de una vida que complace a Dios, una vida digna del Señor; primeramente llevando fruto en toda buena obra.

Si usted se dedica a vivir una vida digna del Señor, una vida que complace al Señor usted verá que el Señor no creó ni una sola alma incapaz de llevársela. Encerrada en ti hay una semilla de fruto que Dios enterró en ti antes de nacer y ahora eres parte de Su jardín, eres parte de Su Reino y tal vez requieres que el Señor nos trate como el buen jardinero, como ha estado predicando el Pastor Roberto, que nos pode como ha estado predicando el Pastor, pero la promesa aquí es que llevarás fruto en toda buena obra, osea que su buena obra en el Reino de Dios llevará fruto. ¿Quieres llevar fruto? comienza a obrar, comienza a labrar.

Aquí el énfasis no es tanto en lo que haces sino por qué, no es lo que haces sino por qué sea servir de ujier o cuidado de niños, o enseñar en una clase de inglés, o pintar una pared, o palear la nieve, o sacar la basura; si lo haces para agradar a Dios, si lo haces para complacer al Padre dará fruto. A Él le dará gozo y sobre todo como esto es un Reino y como esto es un equipo juntos avanzaremos el Reino de Dios contra el dominio de las tinieblas y ese es el punto, y así el propósito de Dios para su vida se cumplirá.

Una vida digna del Señor es una vida constantemente creciendo en el conocimiento de Dios. Esto me emociona: la palabra aquí no es meramente gnosis que es simplemente entendimiento o ciencia sino epignosis que representa un conocimiento profundo, pleno. No estamos hablando aquí de un conocimiento académico, de libros, aún un conocimiento de la Palabra así por así o lo que oímos de segunda mano acerca de Dios.

La esperanza es esta: al vivir una vida digna del Señor, luchando para complacerlo creceremos en nuestro conocimiento de Dios o entras palabras, como Pablo escribió en otro lugar: "Yo quiero conocerlo a Él, a Jesús, quiero conocerlo y el poder de Su resurrección."

Me encantó en la conferencia de matrimonios que usaran esta frase: "There is no lit to God." No hay tapa para el Señor, no hay cumbre, no hay cima, no hay límite a Dios. Nosotros viviremos eternamente descubriendo aspectos de Él y de nosotros en Él, esto es parte de nuestro privilegio como hijos de Dios, es conocerlo a Él en persona. Descubriremos y esta es la parte que tal vez no le guste a usted, pero descubriremos lucha tras lucha, tentación tras tentación, reto tras reto que hay tanto más a este Dios que nos rescató, primeramente Él es nuestra salvación, El que nos rescató.

A través de nuestras vidas, a través de complacerlo, a través de una vida dedicada a ser digna del Señor descubriremos que el Señor que nos rescató también es el Dios que nos unge; por eso es que los hebreos tenían tantos nombres para Dios. Él es el Dios que nos unge, Él es el Dios que nos sana, Él es el Dios que nos provee, Él es el Dios que tuvo misericordia de nosotros, Él es el Dios que pelea por nosotros, Él es el Dios que nos ama y como capa tras capa, como tratar de abrir una cebolla estamos viendo que no hay fondo para este Dios ni capa para este Dios. Cada día descubriremos que Dios es inmenso y bello, y cada vez como un astrónomo explorando el universo y no se cansa porque siempre hay una maravilla en una esquina del cielo, usted descubrirá maravillas explorando el corazón de su Dios.

Cueste lo que cueste como Job declaró. Después de haber pasado un infierno de pruebas, de huídas que había huído este hombre justo, pero ahora que mis ojos te ven, creceremos. Una vida digna del Señor crece en su conocimiento de Dios.

Hablando de pruebas, las pruebas sí mis hermanos son un aspecto imborrable de una vida digna de Dios, tienen su lugar, tienen su lugar. Porque el Señor promete que seremos, mire en el versículo 11: "Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de Su Gloria para toda paciencia y longanimidad." Claro, a través de nuestras luchas creceremos en nuestro conocimiento de Dios, así es nuestro entrenamiento pero también descubriremos otras cosas, sí es emocionante.

El Señor nos cubre con una fuerza que jamás imaginaríamos que teníamos, una fuerza que viene de lo alto, que viene de otro lugar. La idea aquí, el idioma lo que está describiendo es que el Señor literalmente nos cubra, la idea del Señor cubriéndonos en la potencia de Su Gloria, in the majesty of His Glory, o en otras traducciones: en la plenitud de Su Majestad, in the fullness of His Glory, literalmente Él viene y te cubre como un chaleco de balas; te fortalece en Su Gloria.

Interesantemente en el Antiguo Testamento se habla de cuando vino el Espíritu de Dios sobre Gedeón, Gedeón se vistió de Dios como si fuera un manto que él se puso, se puso un manto del Espíritu de Dios, un manto de la unción de Dios y en estos momentos en una vida digna del Señor, una vida dirigida por un corazón dedicado a complacerlo, que su blanco es complacer, agradar a este Dios el Señor reconoce los que son de Él y Él te cubrirá como dice el Salmo 91, me encanta el Salmo 91 ¿qué es lo que declara? "Con Sus plumas te cubrirá y debajo de Sus alas estarás seguro, escudo y adarga es Su Verdad."

"No temerás al terror nocturno" perdonen (quebrantado) (aplausos). No temerás al terror nocturno ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad ni mortandad que en medio del día destruya." Te cubre, te cubre y en esos momentos mis hermanos ¿sabe? al ser probado usted tiene todo el derecho de orar de esta manera: Señor sáname, Señor provéeme, Señor pasa de mí esta copa, usted tiene todo el derecho de orar de esta manera y tal vez el Señor te contestará sanándote en el momento, eso creemos en el Nombre de Jesús o proveyendo por ti de una forma maravillosa, gloria a Dios si el Señor llegara a hacer eso.

O tal vez te quitará la copa antes de beberla. Pero mis hermanos, no duden que el Señor pueda decidir que hay una gloria encerrada en esa prueba. Hay una gloria encerrada en esa prueba que perderás de vista si deja de pasar por esas pruebas, un aspecto de la gloria de Dios, una imagen de Dios que no descubrirás a menos que no permitas que el Señor te deje pasar por esas pruebas.

"Te revestirá con el poder de Su fuerza y crecerás cada vez más en paciencia" la palabra: microtimea ¿aquí qué dice literalmente? larga mecha, antes de que explote, paciencia. ¿Quién está pidiendo paciencia? este es el método por el que el Señor nos infunde paciencia. A través de estas pruebas sabemos que el Señor; mira cuando uno se pone la capa de Superman ¿qué te molesta? la gente es la gente pero el Señor te da más paciencia con la gente, más paciencia contigo mismo, Señor pero ¡qué cosas! aquí estoy otra vez y vamos todavía, tenemos trabajo que hacer. Los hombres no lloran Samuel, este... levántate, come on hay trabajo que hacer.

Paciencia con Dios, verdaderamente hermanos ¿qué nos toca si no tener paciencia con Dios? ¿a dónde vamos a ir si no tenemos paciencia? ¿a dónde vamos a ir si sólo Tú tienes Palabra de vida Señor? paciencia y longanimidad, me encanta esta palabra. Quiere decir la capacidad de tolerar, la capacidad de aguantar, la capacidad de ir la distancia.

Esta es la misma palabra que Pablo usa en Filipenses capítulo 4 cuando él declara: "Todo lo hipomunim" "Todo lo puedo tolerar, todo lo puedo resistir." Yo sé lo que es tener la abundancia y yo sé lo que es tener escasez. Yo sé lo que es oír aplausos, yo sé lo que es caminar solo. Yo sé lo que es tener amigos, yo sé lo que es que me den la espalda. Yo sé lo que es la victoria, yo sé lo que es cuando las cosas no me andan bien. Yo sé lo que es tener lana, yo sé lo que es no tenerla; todo lo puedo, hipomunim, todo lo puedo en Cristo que me fortalece, que me forra, que me protege. Es precisamente la misma idea.

Usted no se va a creer que es usted, esto es lo precioso. Usted mismo se va a maravillar, usted se va a oír y usted mismo no se va a creer diciendo: yo sé que vivo con este cáncer, yo sé que estoy criando estos muchachos solo, yo sé que me van a quitar la casa pero nunca he amado a Dios más que ahora, nunca he sentido la Presencia de Dios más que ahora, nunca me he sentido más respaldado por Dios que ahora; todo lo puedo en Cristo que me cubre, que me protege, que me guarda, que me fortalece.

Esas palabras hermano al usted vivir una vida digna del Señor, lo que a Él le importa es que usted llegue a conocerlo, conocer Su capacidad de salvarte, conocer Su capacidad de obrar a tu favor, conocer lo que Dios es capaz de hacer en sociedad contigo y con tu fe, eso es una vida digna del Señor.

Y en medio de esas llamas la persona que vive una vida digna del Señor descubre: gozo, gozo, "Con gozo" versículo 12 "dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz." Una vida digna del Señor mis hermanos y si, tal vez yo me dirijo a muchos hermanos que aman al Señor, lo aman sinceramente y hasta aquí están chequeando todo lo demás, Pastor: yo quiero que mi vida complazca al Señor igualito que usted acaba de predicar, quiero que mi vida agrade al Señor. Pastor: yo quiero crecer en el conocimiento de mi Dios.

Pastor: acaba de predicar mi vida y tú no sabes por lo cual yo he pasado, y es cierto, yo he sentido la fortaleza del Señor, he sentido que el Señor ha hecho una obra en mi vida, yo soy más paciente y tengo una mecha más larga, me sorprendo a mí mismo pero Pastor ¿qué hay del gozo? ¿y qué de la acción de gracias?

Mi hermano: that's the whole point, ese es el punto, ese es el blanco. Una vida digna del Señor se conoce por su gozo, se conoce por su acción de gracias. Esta es la idea que a la manera que llevamos fruto en toda buena obra, que conozcamos a Dios, que resistamos todo lo que el infierno envíe contra nosotros experimentemos un gozo que nos sale del corazón.

¿No lo ha experimentado hermano? le quiero sugerir algo. Comience a celebrar, diga: celebrar, comience a celebrar a su Dios dándole acción de gracias aún por las tonteras más mínimas. Celebre a su Dios.

En contraste un parqueo cerca de su cita en un día de nieve: gloria a Dios, Dios está conmigo, son su siervo. Comience a remolinear ¡wow! ¿viste cómo intervino el Señor conmigo? Dale gracias a Dios. Mira si el Señor proveyó sal para su huevo y una mesa la cual servirlo dale gracias a Dios, dale gracias a Dios.

Si el Señor te proveyó un carro que prende, un Toyota de 12 años que nadie lo mata con 165.000 millas pero te prende ¡gloria a Dios! Ando a pie, ¿tienes cambio para la guagua? gloria a Dios, si no yo tengo aquí pesetas juntas aquí para, ya, dale gloria a Dios. Y ¿sabes qué? eso se va a convertir en un diálogo.

Tú le das gloria a Dios, tú marca, tú crea un altar marcando esos momentos y el Señor te va a hablar y te va a decir: Ando contigo, no estás solo y ¿sabes qué hijo, sabes qué hija? me siento orgulloso de ti. Me siento orgulloso de ti, I'm proud of you; tu vida, tu lucha, ese gesto sencillo de agradarme con una cosa tan pequeña ¿sabes lo que me hace a Mi Corazón? dice el Señor, eso me complace, me llena de placer, te voy a dar una sorpresa: tu vida me complace.

Quiero oír algo fabuloso: tu vida me complace por sí misma. Y si eso no te llena de gozo, si eso no te llena de gozo yo no sé qué más lo podría hacer, el saber que los ojos de tu Creador están sobre ti, se dan cuenta de tus movimientos, tiene cada compás de tu corazón contado y se complace de haberte creado.

Y descubrimos algo más, que nuestra victoria no depende de nosotros sino de Él. Qué lindo, aquí terminamos como comenzamos. Praise the Lord. Descubrimos otra cosa mis hermanos. Un día de estos Él te va a recibir y va a sonreír porque Él ya nos calificó, qué cosa. El punto, hay una enseñanza en esto, era un entrenamiento, esto es como un papá entrenando a un muchacho a jugar fútbol y le viene la bola y tal vez se le va una, se le viene la otra; ese no es el punto, ese no era el objeto porque ya de antemano Dios nos calificó. Dios nos hizo aptos, Dios ya de antemano, ya de antemano tú descubres: pero Señor ¿qué pasó? ganaste, congratulations. Ven acá aquí está tu premio, pero ¿cómo fue esto? ganaste, pero ¿qué, si yo era un fracaso Señor, nada me salía bien? ganaste. Bien hecho, bien buen siervo y fiel ven acá y mira lo que te tengo ya.

Ya de antemano nos calificó, ya de antemano nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz. Quiero decir algo, comenzando conmigo ninguno de nosotros somos, ninguno de nosotros jamás seremos verdaderamente dignos del Señor, jamás seremos verdaderamente dignos del Señor. Como tuvo que hacer con todos los santos entre comillas y todos ellos eran imperfectos, Él nos hace aptos para morar en Su Presencia, Él nos hace aptos para que nosotros lo llamemos Padre y si tú estás dispuesto esta es la Obra que Él hará en ti.

Bajemos nuestros rostros un momento. Padre: no hay quién se compare a Ti. Señor yo te doy gracias, no sé cómo llegamos a este lugar pero sé que llegamos Señor y fue por Tu Gracia y Tu Misericordia. La obra eterna, Señor no hay una alma aquí que no es precioso, que no es preciosa para Ti. Te complaces en crearnos a todos, propósito tienes para cada uno de Dios. Te suplico Maestro, cualquier cosa que esté entre Tú y ellos, cualquier cosa que sirva de obstáculo de tu Obra redentora y poderosa en sus vidas, Señor en el Nombre de Jesús remuevo esa piedra.

Declaro que el día del Señor ha llegado a sus vidas y por Tu Gracia y Tu Poder y el poder de Tu sangre los hará dignos de servir a un Dios tan bueno, tan valioso, tan generoso, tan presente.

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Dios quiere tu perfección

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Vamos a la Palabra del Señor en Segunda de Timoteo capítulo 3 versículos 16-17, uno de muchos versículos que podríamos escoger para hablar de estos temas de que: Dios quiere su perfección. Voy a ser un buen pentecostal: tórnese a su hermano al lado suyo y dígale: Dios quiere tu perfección. Dios quiere que seamos perfectos, Dios quiere que seamos como Su Hijo.

La Palabra del Señor dice: "Sed perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto" y aunque nunca lleguemos a esa medida de perfección absoluta porque siempre estamos en la carne, y siempre estaremos en este cuerpo que nos traiciona muchas veces, en esta biología mas bien humana nunca llegaremos a esa perfección absoluta, pero la meta del Espíritu Santo es llevarnos a esa plenitud de atributos y de virtudes que nos asemejen más y más a Cristo y ese es el propósito del Espíritu Santo en nuestra vida y para eso el Espíritu de Dios ejerce todos sus esfuerzos y usa todos los recursos infinitos que Él tiene para llevarte a ti y a mí a ese estado de perfección.

Vemos aquí que aún las Escrituras, esta Biblia que Dios ha tomado tanto tiempo para forjarla y prepararla, y formarla ha sido para un propósito así mismo para nuestra perfección. Dice el apóstol Pablo en 3:16: "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia" mire todos los nutrientes que hay en la Palabra de Dios, pero ¿para qué son todos esos nutrientes, para qué Dios estableció Su Palabra? Dice: "A fin de que el hombre de Dios" y mujeres no se pongan demasiado cómodas y digan: ah eso es para los hombres, no para nosotras; no, eso es para ustedes también, para que el ser humano, el hijo de Dios, la hija de Dios sea perfecto, sea perfecta, "enteramente preparado para toda buena obra."

Es decir que Dios usa todos los recursos del cielo para una sola cosa y es para prepararnos a nosotros para toda buena obra. Eso es demasiado, si me hace el favor me da la mitad por favor, un poquito solamente, gracias hermano. Yo que les digo que no traigan de tomar acá y pues entonces si se me botan se va a hacer un escándalo y no me lo dejarían olvidar por el resto de mis días aquí en la Iglesia, siempre le pido a los ujieres que por favor den solamente un poquitito. Gracias hermano, muy atento.

Dios quiere que seamos perfectos y esa perfección no es para que la exhibamos y andemos por allí pavoneándonos y haciendo alarde de ser perfectos sino para que estemos preparados dice: "Para toda buena obra", para lo que Dios quiera que hagamos, para cualquier cosa que Dios quiera que hagamos. Gracias, ¿ok?

Entonces de eso quiero hablar y ustedes saben que hemos estado tratando este tema en las últimas semanas que Dios ha puesto en nuestro corazón de uno de los aspectos más fundamentales de la vida cristiana y es que cuando nosotros entramos al Evangelio Dios nos entra a una jornada de crecimiento, y de perfeccionamiento, de esfuerzo como una jornada de un atleta o un soldado. No venimos al Reino de Dios para estar cómodos, eso es lo que hemos estado diciendo una y otra vez, no venimos al Reino de Dios simplemente para que Dios nos dé lo que queremos.

Muchas veces Dios nos va a bendecir entiéndame, en el proceso de la vida cristiana y yo he predicado, y ustedes saben que creemos mucho en la prosperidad como una bendición que Dios tiene para Sus hijos en la salud, en la felicidad y el gozo; pienso por ejemplo en la Palabra de Jesucristo: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia." Pero lo que pasa es que muchas veces nosotros ponemos la carreta delante del caballo y entonces ponemos lo que debe ser el resultado de un proceso, y lo hacemos como un fin en sí mismo como si el único propósito de Dios fuera que nosotros gozáramos de la vida cristiana y have a good time como dicen los americanos, pero no es así. Hay un proceso por el cual tenemos que pasar.

Y Dios nos bendice, nos prospera, nos da salud, responde a nuestras necesidades, contesta a nuestras oraciones pero también Él trata con nosotros y nos lleva a través de un proceso que muchas veces incluye sufrimientos y padecimientos, y tiempos de esfuerzo, y de preparación, y hasta de crucifixión, y de vez en cuando hasta nuestra pelita nos da como decíamos el domingo pasado ¿no? todas esas cosas son parte de la totalidad de la experiencia cristiana.

Si nosotros le decimos solamente a la gente: ¡oh! ven al Evangelio para que lo pases bien y para que tengas una buena vida y todas estas cosas le estamos mintiendo y estamos diluyendo la totalidad del Evangelio. Yo digo que la gente se pierde muchas veces de la belleza y del carácter sublime del Evangelio cuando lo reducen simplemente al aspecto luminoso y el aspecto bonito y placentero. Y ustedes saben que toda obra artística tiene tensión.

Si una obra de arte ya sea una novela, un poema, una película, una pintura no tiene tensión, la música, no es una gran obra. Piense en las Fugas de Juan Sebastián Bach por ejemplo o no sé, una pintura de Tintoretto o una novela de Cervantes por ejemplo, siempre hay lucha, siempre hay conflicto porque eso es lo que hace una gran obra. Si una pintura fuera solamente colores amarillos, no hubiera sombras, no habría entonces pintura; no habría entonces pintura, tiene que haber contraste, tiene que haber conflicto. Eso es parte de la belleza y la grandeza de algo y es parte de la grandeza de la vida cristiana también.

Tu vida va a incluir tiempos de prueba, dificultades, entrenamientos, confrontamiento de parte de Dios de tu vida y esa es la totalidad de la experiencia. En ese proceso de Dios tratar contigo también te lleva a unos niveles sublimes y muy hermosos.

Y yo lo que quiero es alertarnos a nosotros como Iglesia para que crezcamos parejos y para que tanta gente nueva que está entrando en los caminos del Señor sepa a qué viene, sepa a dónde está entrando en su jornada cristiana. No podemos entrar al Evangelio esperando sólo cosas placenteras. El principal deseo del Espíritu Santo es: nuestro perfeccionamiento, llevarnos más y más a ser como Cristo Jesús. Si esperamos sólo cosas placenteras vamos a ser decepcionados, no vamos a estar preparados para cuando vengan los tiempos difíciles.

Y ese es el problema con mucha de la predicación que uno escucha hoy en día, le robamos al pueblo de Dios la totalidad de la experiencia cristiana y los dejamos desprovistos de los anticuerpos que necesitan y los elementos interpretativos que necesitan para que cuando venga la prueba a la vida, sea enfermedad, sean situaciones económicas difíciles, sea la pérdida de un empleo, sea un sinsabor en la vida, un problema matrimonial, algo con un hijo, una traición de un amigo, la pérdida de un sueño; si no les damos los elementos interpretativos cuando vengan esas cosas a sus vidas no van a saber cómo bregar con ellos y no van a saber cómo bregar con ellos, y no van a saber cómo navegar esas aguas tormentosas hasta llegar a la otra orilla.

Y yo veo siempre la Escritura advirtiéndonos una y otra vez que vamos a pasar por tiempos también de dificultad en nuestra vida, y eso es parte del proceso de Dios, eso es bueno y es necesario para nuestra vida ¿amén? qué bueno que por lo menos algunos están de acuerdo conmigo.

El deseo de Dios no es nuestra comodidad sino nuestra perfección y nuestra santificación. A Dios no le interesa tanto que estés contento como que estés limpio y preparado para servirlo como Él necesita. El Espíritu Santo siempre está en dolores de parto hasta que tú des a luz la figura y el carácter de Jesucristo.

Piense en las palabras del apóstol Pablo en Gálatas 4:19 donde Pablo dice: "Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros." Es como si Pablo estuviera manifestando el sentir del Espíritu Santo que está haciendo todo tipo de trabajo en nuestra vida para producir un bebé que se parece a Cristo. Dios quiere que tu vida al pasarte a través de un proceso de formación refleje el carácter y los atributos de Jesucristo y Él va a hacer todo lo que sea necesario en ti para llevarte a eso.

Mis hermanos: no se pierdan de lo sublime de la vida cristiana limitándose simplemente a una experiencia superficial, limitándose a venir solamente los domingos a la Iglesia religiosamente y pensar: bueno antes yo iba a la misa, pues ahora voy a la Iglesia evangélica y eso es todo. Y nos vamos de aquí y ponemos el candado al cofre de la vida cristiana hasta el próximo domingo cuando lo abrimos otra vez para venir otra vez a la Iglesia cuando Dios lo que quiere es un proceso de intimidad con nosotros.

Yo pienso en las palabras del apóstol Santiago que dice que el Espíritu de Dios nos anhela celosamente. ¿Tú sabes que lo que Dios quiere es tener intimidad contigo? Dios quiere pasar la vida junto contigo, Dios quiere caminar contigo todos los días de tu vida, todos los momentos todas las circunstancias. Dios quiere tener diálogo, quiere venir a tu vida y sentarse allí y tomarse un capuchino allí a las tres de la tarde a veces, y conversar contigo.

En estos días he estado pensando en eso, en el Libro de Génesis cuando dice que el Señor se acercó, en el huerto del Edén y se acercó para buscar compañía con Adán y Eva. ¿Qué hacía Dios en el huerto del Edén? y no me pregunten cómo se manifestó Dios, si vino en forma de una nube o, ¿cómo se adelgaza Dios para estar en comunión con dos humanos? no me pregunte eso. En la Biblia hay por ejemplo la idea del ángel de Jehová que dicen algunos que era como una epifanía, una manifestación de Dios para poder interactuar con los seres humanos reducida, como una proyección de Dios casi por decirlo de alguna manera, esas son profundidades teológicas muy grandes. Pero el caso es que yo veo allí a Dios acercándose a Adán y Eva para dialogar con ellos así en el huerto del Edén y desgraciadamente los encontró distantes y habiendo pecado.

Y así a veces Dios viene y quiere tener intimidad con nosotros, quiere tratar con nosotros, quiere dialogar y tener momentos íntimos, y entonces nos encuentra superficiales e indiferentes, o con una expectativa de que: no, Dios para lo único que está aquí es para hacer algo por mí y eso es todo, y yo voy a la Iglesia para prepararme para que cuando me muera me acepten allá en el cielo y eso es todo. No, Dios quiere.

Hermanos: los beneficios de la vida cristiana son totalmente secundarios. Nosotros existimos para la Gloria del Señor, para tener intimidad con Él, para llegar a ser como Cristo y yo les animo hermanos a entrar en la vida cristiana con apetito de tener intimidad con Dios y de ser tratado por Dios, de llegar a ser algo extraordinario para Dios y ser útiles para Él.

¿Por qué nos trata Dios en la manera en que nos trata, es decir nos disciplina? Yo hablaba de paideia, ese régimen de trato de Dios en nuestras vidas, ¿por qué trata Dios forjándonos y perfeccionándonos? Hay muchas razones. Número uno ya lo he mencionado levemente y es que Dios trata con tu vida, te disciplina, te pasa a través de diferentes experiencias formativas para que tú seas más como Cristo Jesús, que te parezcas más a Él, que ejemplifiques las cualidades y virtudes de carácter de Jesucristo, eso es lo que a Dios más placer le da: un cristiano que se parece a Su Hijo.

Y entonces Dios te va a tratar y a poner en situaciones difíciles muchas veces para ir cortando de ti todo lo que no se parezca a Cristo Jesús para que tú reflejes. ¿De qué nos sirve pasar toda la vida cristiana viniendo a la Iglesia y entonces viviendo como diablitos por ahí sin manifestar el carácter de Cristo? Dios quiere que tú reflejes los atributos de Jesús.

En segundo lugar, Dios te trata, te disciplina y te prueba para matar aquéllos rasgos carnales en ti que te hacen tropezar, te hacen infeliz y hacen infelices a otras personas también alrededor de ti. Cuando tú entras a los caminos del Señor Dios te hace un exámen por así decirlo, de todos los rasgos imperfectos que no le agradan a Él y que no reflejan los valores del Reino de Dios, y entonces Él comienza y Él desea ardientemente ponerte a través de un proceso de ir matando una a una todas las cosas que no le agradan a Él; tu sensualidad, tu apego al mundo, tu trato áspero a los demás, tu egoísmo, tu ira, tu rencor. Todas aquéllas cosas que te hacen daño a ti y le hacen daño a otros Dios quiere cortar todo eso y te pone a través de un proceso.

En tercer lugar Dios también te prueba y te quebranta para aminorar y disminuir, y opacar el amor por el mundo y su vanidad. ¿Sabe usted de que un cristiano mundano es una contradicción? a Dios no le agrada. La Palabra del Señor dice que no amemos al mundo, Primero de Juan capítulo 2 versículo 15 dice: "No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo, porque si alguno ama al mundo el amor del Padre no está en él."

Hay cristianos que aman demasiado el mundo. Aman la Iglesia y tienen deseo por las cosas de Dios pero wow, se les van los ojos con cualquier cosa del mundo, viven en la vanidad. Hombres y mujeres demasiado conscientes de su apariencia y de su atractivo. Otros que aman demasiado el prestigio y la influencia, y la opinión de los demás. Otros que aman demasiado el dinero y las posesiones. Otros que aman su carrera desmedidamente.

Y muchas veces nosotros traemos esas cosas a la Iglesia, le damos una pinturita espiritual pero sigue ahí el diablo y la carne vivitos dentro de nosotros. Y por eso hay mucha gente que le gusta, no, quieren ser Pastores. Todo el mundo quiere ser Pastor, hoy en día todo el mundo quiere estar aquí en la plataforma cantando o lo que sea, no estoy tirando indirecta a nadie por favor entiendan, pero muchas veces es por eso, porque hay personas que les gusta tener influencia sobre los demás, quieren ser vistos y quiere ser respetados o que todo el mundo se pare, o se arrodille delante de ellos y entonces terminan espiritualizando pero están, la carne es lo que los está impulsando. Entonces Dios tiene que matar esos apetitos mundanos dentro de nosotros.

Una persona espiritualmente tratada por Dios es una persona que disfruta del mundo y de la vida. Por ejemplo si Dios te da la bendición de tener una buena profesión y que tú ganes un buen dinero, y que tengas una buena casa, y un carro de gran calidad mira: disfrútalo, es más; cómprame uno a mí también y regálamelo. No hay problema con eso. ¿Usted sabe lo que no le gusta a Dios? cuando usted se apega y se aferra a las cosas materiales.

Mira: si Dios te dió la bendición de ser una persona atractiva gloria a Dios, dale gracias a Dios por eso pero si la vida con el paso del tiempo te va quitando esa belleza por la razón que sea no te deprimas ni te vayas a un sitio por allí a pegarte un tiro, a suicidarte, a tirarte por un puente. Esa es la realidad, esa es la vida; Dios dió y Dios quitó, sea Dios glorificado ¿no? Nosotros tenemos que disfrutar de lo que Dios nos da como si no lo tuviéramos ¿me entiende? Si Dios te da el privilegio de tener muchos amigos y de tener influencia en la vida mira: úsalo para gloria de Dios pero no te apegues a eso como si tu valor dependiera de lo que la gente piensa de ti.

El cristiano se mueve livianamente por el mundo, disfruta de las cosas que recibe pero como si no las tuviera en un sentido. Entonces cuando el cristiano camina no deja una huella muy profunda porque no pisa demasiado duro en el mundo y ese atributo es lo que capacita al hombre, la mujer de Dios para ser útil en el Reino de Dios, eso es lo que capacita a un hombre o una mujer de Dios para darle un consejo a alguien que ha perdido un hijo o que le han declarado un cáncer, o que ha perdido la casa y esa persona puede hablarle con autoridad a ese otro individuo y decirle: mira no te preocupes, tu valor no depende de eso.

La Biblia dice que teniendo sustento y abrigo estemos contentos con eso, que no pongamos el corazón en las riquezas ¿usted entiende? (aplausos). Ahora, gloria a Dios, si Dios te bendice con esas cosas: disfrútalas. Yo no estoy diciendo que andemos por ahí como pordioseros ¿usted entiende? o que no busquemos excelencia en la vida, que no estudiemos, no. Haz todo eso pero sabe que ahí no es donde está tu felicidad.

Entonces Dios muchas veces lo que quiere es desconectarnos los cables que nos unen a esas cosas y que nos hacen estar dispuestos a venderle nuestra alma al diablo por tenerlas. Y entonces nos permiten vivir en el mundo como extranjeros y peregrinos dice la Biblia, estamos de paso, y este mundo no nos agarra y no nos puede traicionar.

¿Sabe que el diablo patutea a la gente para usar una palabra muy caribeña y los torea muy fácilmente cuando están apegados al mundo? porque les pone cualquier cosa y entonces con eso los controla y los manipula. Sea una mujer bonita, sea un trabajo que le demanda ochenta horas a la semana, sea una cuenta de banco o lo que sea y con eso los lleva al mismo infierno
y los destruye muchas veces, porque están demasiado apegados al mundo. Entonces lo que quiere Dios es desconectarnos esos cables para que podamos vivir en el mundo como una presencia divina ejerciendo influencia del Reino de Dios en el mundo. Y entonces si Dios nos da riqueza la usamos para gloria del Reino de Dios y para avance del Reino de Dios.

Primera, Segunda de Pedro no recuerdo ahora mismo pero dice: "A los ricos de este mundo diles que no pongan el amor sobre las riquezas" ¿recuerdan ese pasaje? ¿qué dice? "Sino que inviertan en el Reino de Dios" en el futuro ¿no? en la vida eterna, que no pongan el amor sobre las cosas de este mundo; no me voy a preocupar mucho, si lo encuentro en algún momento. Bueno si lo consiguen por allí me dejan saber.

Pero de nuevo hermanos, dice que no pongan las esperanzas ni el afecto en esas cosas sino que lo pongan en las cosas eternas. Ahora ¿cómo llegamos a esa convicción, cómo llegamos a esa actitud tan iluminada? es el Señor trabajando en nosotros y tratando con nosotros para que poco a poco vayamos despegándonos de eso. Muchas veces cuando uno ve que la gente nos traiciona y que no podemos depender de ellos, cuando tenemos mucho dinero ahí está todo el mundo en la casa porque les damos buena comida y la barra está llena de bebida, pero el día que entramos en crisis porque perdimos el trabajo no se aparecen por allá por nada y entonces uno dice: ah mira, es así. Entonces uno llega a esa convicción.

Dios forja situaciones que te van despegando poco a poco a través de la vida hasta que tú entonces aprendes a no amar el mundo, porque ahí dice de nuevo en Primera de Juan donde yo estaba leyendo: "Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida no provienen del Padre sino del mundo, y el mundo pasa, y sus deseos pero el que hace la Voluntad de Dios permanece para siempre."

El Señor Jesucristo dice: Poned la mira en las cosas de arriba, y es ahí donde nosotros tenemos que poner siempre la mira, siempre en las cosas eternas ¿no? Entonces Dios a veces nos trata y nos disciplina, y nos hace pasar por sinsabores y situaciones difíciles para aminorar ese amor por el mundo y su vanidad.

Otra cosa, Dios también nos trata y nos disciplina para hacernos más aptos para el servicio cristiano. Tú nunca vas a poder ser útil al Señor a menos que Dios haya tratado con tu vida y te haya pasado por algunos sinsabores, algunas dificultades, algunas pruebas porque ¿cómo tú vas a poder consolar a otros si tú no has sido consolado tú mismo? ¿Cómo tú vas a hablarle a una persona que acaba de perder el trabajo si tú no sabes lo que es perder algo que tú amas mucho?

Entonces tú tienes que tener experiencia muchas veces negativa para pode ayudar a otros. Es más, hay personas que han tenido situaciones difíciles en la vida y entonces entran en los caminos del Señor, y pueden entonces ser útiles para aquéllos que están pasando situaciones similares. Una persona que está en el mundo de las drogas o del alcoholismo ahora puede ministrarle a otras personas que están pasando por la misma cosa, y Dios en Su soberana Voluntad muchas veces permite que nosotros pasemos por esas tribulaciones para poder llegar a ese punto de la vida.

Mire el caso de José en el Antiguo Testamento, que José es vendido por sus hermanos, traicionado por sus seres queridos, llega como esclavo a Egipto, allá también lo vuelven a traicionar, esta mujer que lo acusa falsamente de querer violarla, cae en la cárcel y todo ese proceso que él estaba viviendo era porque Dios quería posicionarlo para un encuentro con faraón que le permitiera interpretar ese sueño terrible que había tenido faraón y preparar el ambiente para que viniera su familia, y se llegaran a Egipto, y Egipto sirviera allí como una matriz para que el pueblo de Dios se desarrollara durante 300 años como nación, y entonces sacarlo de Egipto para llevarlo a Canaán cumpliendo con una promesa que le había hecho a Abraham siglos atrás, mire cómo es Dios.

Y yo me imagino que cuando José estaba pasando por esas pruebas y esas dificultades habrá dicho: ¿qué hice yo para merecerme todo esto? Yo he amado a Dios y he querido vivir en integridad, pero Dios estaba pensando en algo más allá. Muchas veces las situaciones que tú estás pasando en tu vida Dios las está usando, aunque se toma mucho tiempo, para forjarse un hombre, una mujer que pueda ser de bendición para el Reino de Dios, que pueda ser útil.

Cuando los hermanos de José llegan a Egipto buscando comida ¿ustedes recuerdan la historia? y descubren que ahora ese joven que ellos vendieron como esclavo a Egipto ahora es el vicepresidente de Egipto, comienzan a temblar y creen: este nos va a cortar la cabeza y se va a vengar de nosotros ¿y sabe lo que dice José? No, no se preocupen. Lo que ustedes quisieron hacer para mal Dios lo usó para preservación de vida y para bien, por eso yo no los odio a ustedes, porque entiendo ahora que no era que el diablo estaba trabajando a través de ustedes sino que Dios los estaba usando para propósitos mayores.

Y quizás tú has pasado por una situación muy difícil en tu vida o estás pasando por pruebas y dificultades, espera el final de Dios, porque muchas veces Dios usa esas situaciones de la vida, difíciles para algo precioso. Hay hermanas que han sido abusadas sexualmente cuando niñas o pasaron por todo tipo de abusos verbales, hermanos, hombres que tuvieron otro tipo de situaciones en sus vidas.

Y mucha gente vive deprimida y triste por esas cosas, ¿dónde estaba Dios cuando yo estaba sufriendo? Es que la misericordia y el trato de Dios es tan amplio y tan misterioso que si nosotros podemos ver a Dios aún en las situaciones más difíciles de nuestra vida eso puede redimir y cambiar totalmente los sufrimientos, ver a Dios preparándonos quizás para a la postre como dice la Biblia bendecirnos.

Dios puede tornar los errores, las caídas, los sufrimientos, los abusos, las tragedias de tu pasado. Si tú los ves a la luz del propósito grandioso de Dios puedes ver que Dios estaba preparándote allí mismo para algo mayor más adelante y eso nos permite a nosotros entonces no vivir deprimidos, y tristes, y sintiéndonos como víctimas. Todo lo que pasa en tu vida por medio de la fe tú lo puedes tornar en oro, todo, todo. Y yo te animo, cualquier cosa que haya habido en tu vida, un divorcio, un fracaso de algún tipo, algún sufrimiento, algún abuso que sufriste o algo así, cree que Dios puede usar todo eso para gloria de Su Nombre y para bendición de tu vida, y para bendición de otros también y por tu fe tú puedes redimir esas cosas.

Niégate a verte en la vida como una víctima, tú no eres una víctima si estás en Cristo Jesús. Si estás en Cristo Jesús todo lo que tú viviste en tu vida adquiere un propósito sublime, sea que viviste en pobreza o lo quera, cree que Dios tienen un propósito y entonces pregúntale al Señor: Señor, dame sabiduría para yo interpretar lo que ha pasado a la luz de Tu Palabra y Tu propósito redentor y enséñame el oro escondido en esa tragedia por la cual yo he estado pasando. Y mira a Dios preparándote para ser de bendición para Su Obra.

Y finalmente Dios nos trata y nos quebranta, y nos prueba para prepararnos para ser buenos testigos por medio de nuestro testimonio y nuestro comportamiento. Porque muchas veces hay muchos cristianos muy bien intencionados, diezman, ayunan pero tienen unas fallas de carácter que contradicen todo lo que predican con la boca, lo que hacen con las manos lo deshacen con los pies. Y la gente dice: ¿sabes qué? no puedo escuchar tu testimonio porque tu comportamiento habla demasiado alto y no puedo escuchar tus palabras.

Y Dios a veces nos trata para purificarnos, limpiarnos, tratar con nosotros para que podamos despedir ese olor fragante de la persona de Cristo en nuestra vida y cuando pasamos por esas dificultades y esas pruebas eso produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria dice la Palabra del Señor.

¿Recuerdan ese pasaje? dice: "Aunque el hombre exterior se va desgastando el hombre interior se va renovando de día en día" y muchas veces Dios desgasta la parte externa de nuestra vida para que el óleo de bendición pueda manifestarse a través de nuestro comportamiento tratado por Dios.

Hay un pasaje muy lindo en Juan capítulo 15 versículos del 1 al 4 donde el Señor Jesucristo habla de que nosotros hemos sido hechos para dar fruto, Juan 15 versículo 1 en adelante. ¿Tú sabes que tú has sido llamado al Reino de Dios para producir buenas obras, para ser de bendición, para ser útil como he dicho al Reino de Dios? y si tú no das fruto de obras de justicia, de vidas que conozcan al Señor, de ayuda y respaldo para el Reino de Dios y avance de Su Iglesia entonces eres un cristiano inútil, eres una higuera estéril que no agrada al Señor. Y todo lo que Dios hace en tu vida cuando tú entras al Evangelio es para prepararte para que puedas dar fruto.

En el capítulo 15 versículo 1 el Señor Jesucristo dice: "Yo soy la vid verdadera y Mi Padre es el Labrador." Muchas veces en la Biblia se presenta a Dios como un dueño de una tierra o al Espíritu Santo como un viñador o un jardinero, o un labrador. ¿Por qué? porque nosotros somos como una planta, como un jardín, como una viña, como una tierra que Dios se toma mucho trabajo en perfeccionarla y prepararla para que dé fruto.

¿Para qué sirve una vid por ejemplo o una mata de mango, o de aguacate si no da fruto? es para cortarla simplemente. ¿Y para qué sirve un cristiano si no da fruto, si de alguna manera el Reino de Dios no se beneficia de su vida, si no está trayendo a otros al conocimiento de Cristo, si no está intercediendo por otros, si no está testificando, si no está contribuyendo al Reino de Dios?

Dios no te llama al Evangelio solamente para tu beneficio hermano, no te llama para simplemente venir y sentarte en una banca, Dios te llama para que des fruto para Su gloria y para Su honra. Nosotros debemos estar siempre inquietos ¿cómo me está usando Dios? ¿qué estoy yo haciendo para el Reino de Dios? ¿cómo estoy yo contribuyendo? Si cada cristiano se preguntara eso continuamente su experiencia cristiana sería completamente transformada.

Y entonces Dios está siempre trabajando en tu vida minuciosamente, detalladamente para formarte, prepararte y Él siempre está interviniendo en muchas maneras diferentes en tu vida a través de encuentros, sermones, servicio, pruebas, todo orientado para que tú produzcas fruto. Dios es el labrador por excelencia, Dios es el viñador por excelencia.

¿Recuerdan ustedes la Palabra de Jesucristo donde decía que un hombre tenía una vid que no producía fruto? el dueño y entonces viene a la vid y ve que no produce nada, y dice: ¿sabes qué? esta planta no está produciendo nada, córtala ¿para qué está ocupando la tierra? si podemos plantar otra cosa en ella. Y dice que el viñador que es imagen de Dios, en este caso del Espíritu Santo dice: no señor ¿sabes qué? dale un tiempo más, dale un tiempecito para ver si reacciona y si da fruto, y si no da fruto pues entonces córtala.

Pero fíjese que el dueño de la tierra viene y él espera que haya fruto. Esa viña no está allí para adorno, está allí para dar fruto y si no da fruto hay que cortarla. Y hay muchos cristianos que se preguntan: ¿por qué es que yo no soy bendecido más, por qué es que yo no me gozo en la vida cristiana, por qué es que Dios no me prospera más? bueno, quizás es porque no estás dando fruto. Y cuando una persona tiene mucho tiempo en el Evangelio y no da fruto Dios lo trata ahí como distantemente, entrará al Reino ya cuando se esté cerrando la puerta como esas películas que se tiran de cabeza para poder entrar oliendo a humo muchas veces.

Pero yo quiero que cuando yo entre al Reino de Dios Dios me diga: "Ven buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor." Hay muchos cristianos que van a padecer pérdida, dice el apóstol Pablo cuando lleguen al Reino de Dios. Les van a decir: bueno entra, ya no podemos hacer más nada, entra porque estás bajo Cristo, pues entra pero hay otros que Dios les va a decir: gracias por haber trabajado tanto por Mi Obra, ven y entra en el gozo de tu Señor. Yo quiero que Dios me diga así y tú quieres también que Dios te diga así, no te aproveches solamente de Dios.

Dios espera que demos fruto y si nosotros queremos dar fruto como Dios quiere que lo demos entonces esperemos que Dios va a trabajar en nosotros y va a cavar alrededor. Fíjese que muchas veces las imágenes que hay en la Biblia de preparación de una planta para que dé fruto son imágenes de violencia. Imagínese una tierra cuando usted le mete el arado y rompe la corteza de la tierra y la viola, y penetra en ella para que pueda hacer lo que hace la tierra, recibir la semilla hondamente e interactuar con ella. Piense en el grano de trigo como yo decía los otros días que cae a tierra y se quiebra la corteza para que salga la vida que está en ella.

Entonces el Señor Jesucristo dice aquí: el Padre o el Espíritu Santo es el labrador "Y todo pámpano que en Mí no lleva fruto lo quitará." Hay otro pasaje que dice que el que tiene se le dará más y al que no tiene aún lo que tiene le será quitado, es decir la gente que Dios bendice más y les da más son aquéllos que están usando el talento que Dios les dió. Cuando Dios te llama al Evangelio pone algo dentro de ti, pone un don, un llamado, una capacidad. Todo cristiano tiene un llamado, todo cristiano tiene un don, crea eso.

Entonces la pregunta es: ¿qué vas a hacer tú con ese don? y si tú no haces algo con ese don vas a tener que darle cuenta al Señor por eso ¿sabes? La Biblia dice que un día tenemos que todos comparecer ante el Trono de Dios para dar cuenta de lo que hemos hecho sea bueno o sea malo. Es que a veces tenemos una idea tan errada de lo que es el paraíso y la vida eterna.

La vida eterna y el Reino de Dios, el cielo, lo que llamamos el cielo es un lugar muy dinámico, no es como que tú simplemente vas a llegar a las puertas de perla y te van a dar una bata blanca, y te van dar un arpa, y te van a dar una nubecita, y te van a decir: vete allá arriba y toca esa arpa por toda la eternidad, eso es lo que nosotros pensamos. No, no. El Reino de Dios es algo muy dinámico y una de las cosas es que vamos a llegar al Reino y nos van a decir: bueno ok, vamos a pasar revista ¿qué tú hiciste para el Reino de Dios?

Y no quiere decir que no entres al Reino de Dios pero yo creo que van a haber niveles de gloria, va a haber niveles de bendición, va a haber niveles de recompensa. Van a haber medallas de oro, de bronce y algunos van a recibir una medalla de lata, una Coca Cola que la van a cortar con un pedacito y van a decir: mira no hay más nada para ti porque ¿qué tú hiciste allá en el?

La Biblia dice que sembremos tesoros ¿no? para el Reino eterno. Hay una conexión entre lo que tú hagas aquí por Dios y lo que te den allá arriba. Algunos recibirán una mansión inmensa, otros un condominio allí de un dormitorio nomás, un estudio y eso es todo porque es todo lo que se merecen. Es así hermanos, hay que trabajar aquí para el Señor porque Dios va a juzgar tu obra.

Dice que la obra de cada uno será juzgada, sea paja o sea oro pero lo que tú produzcas. Yo te invito a entrar a la vida cristiana y ver lo dinámico que es esto. Por eso es que le hacemos una injusticia a los cristianos haciéndoles creer que bueno, simplemente vente a la Iglesia y se una persona religiosa, y ya tú estás viviendo como un cristiano. No, la vida cristiana es algo muy interactivo donde el labrador, el viñador, el Espíritu Santo está trabajando contigo y te está llamando a hacer algo muy sublime, a entrar en la experiencia de Cristo Jesús, a entrar en una jornada como un caballero andante, una gran aventura donde van a venir gigantes para que tú les cortes la cabeza y vas a experimentar grandes aventuras, y a veces te van a tumbar del caballo y a veces vas a sufrir; a veces vas a ser derrotado en una que otra batalla pero te vas a poner de pie y vas a seguir adelante más fuerte que antes, porque aún esas batallas que pierdes te enseñan cosas y te preparan.

¿Qué guerrero no tiene una cicatriz que mostrar de sus batallas? ¿qué soldado experimentado no ha sido herido en algún momento en alguna batalla? ¿o qué ejército que ha peleado muchas veces no ha perdido una batalla aquí y allí?

Y así nosotros los cristianos dice la Biblia que llevamos las marcas de Cristo en nosotros, eso nos hace sublimes y bellos. Hay soldados que usted los ve y tienen una cantidad de medallas porque han sido heridos, porque han dado muestras de valor, porque han tenido grandes logros en puntería o lo que sea y caminan con sus medallas allí pero también allí hay sangre, hay pérdidas, hay esfuerzos, hay trabajo. Mientras que usted ve un soldado por allí de esos que les baila el revólver porque ni siquiera se lo saben poner bien con la camisa toda arrugada y el pantalón, no tienen ni una medalla porque no han peleado ni una sola batalla ¿de qué sirve eso? Así hay muchos cristianos ¿sabe?

Hay muuchos cristianos así en la Iglesia que son una deshonra para el Reino de Dios. Yo quiero invitarte: abraza la vida cristiana en toda su plenitud. Abrázala en toda su tragedia y en toda su gloria también, abrázala en todo su sufrimiento y en todas sus victorias también, abrázala en tiempos de descanso y de refrigerio, y también en tiempos de batalla y de guerra porque tú has sido hecho para la guerra; tú eres un águila, tú eres un león y tienes que experimentar esas experiencias en tu vida para que verdaderamente seas un cristiano legítimo.

La Biblia dice que corramos legítimamente, que corramos auténticamente la carrera de la fe como Cristo la corrió, hay que pagar el precio de ser cristiano. Yo le decía a los hermanos esta mañana, ¿ustedes conocen la historia cuando el Señor está en la cruz y le dan una mezcla de mirra con creo que es otra sustancia? y le quieren dar eso, vinagre, era una sustancia que es como anestesia que se usaba como un acto de misericordia con una persona que era crucificada para aminorar los dolores y las agonías de la crucifixión que a veces duraba horas y horas.

Y los soldados romanos aún mientras ejecutaban a esta persona por medio de la cruz tenían una consideración con ese pobre hombre que estaba sufriendo tanta agonía y le daban esta sustancia que como que aminoraba un poquito los dolores de la cruz. Dice la Biblia que el Señor rehusó tomarla ¿por qué, porque Él era masoquista? no, porque Él sabía que Él tenía que pagar el precio completo en la cruz del calvario por la redención de la humanidad y nosotros tenemos que ser así también. Hay un precio que pagar, no lo rehuyas.

"Llevad Mi yugo sobre vosotros" dice la Palabra "Y aprended de Mí que soy manso y humilde." Tenemos que llevar el yugo. Si no llevamos el yugo, si Dios no trata con nosotros como decía el domingo pasado somos bastardos, si Dios no nos disciplina no somos legítimos, si no padecemos algo, si no pasamos por el proceso y el trato de Dios de la crucifixión, la transformación y el trato de Dios no merecemos el nombre de cristianos. Yo quiero invitarte a dar, a sacrificar por Cristo, a pagar el precio. Si no te duele la vida cristiana no estás viviéndola como debes vivirla ¿sabes? pero también vas a experimentar gloriosos momentos de felicidad y de triunfo, y vas a poder alardear de lo que Dios ha hecho en ti y a través de ti.

"Todo pámpano que en Mí no lleva fruto lo quitará y todo aquél que lleva fruto lo limpiará." La palabra lo limpiará es lo podará en griego. Cuando tú llevas fruto Dios te dice: wow, mira mi hijo, mi hija qué bien me estás sirviendo, te voy a apretar un poco más las tuercas para que des más fruto todavía, te voy a poder. ¿Para qué nos poda Dios? para que demos más fruto.

Mire un viñador que coge una planta, un árbol y lo poda ¿para qué? para que dé más fruto. Yo creo que les he compartido una vez, el hermano Roberto Naranjo que yo lo invité a nuestra casa, nosotros tenemos como una parra en el patio de la casa y yo invité al hermano Naranjo que sabe mucho de esas cuestiones de agricultura y eso para que nos ayudara y cortara, y podara la parra. Yo pensé que iba a coger una tijerita e iba a cortar unas dos ramitas ahí.

Y un día que yo llegué a la casa él ya estaba allí y había comenzado a podar la parra esta, y cuando yo ví lo que él había hecho me puse las manos en la cabeza y dije: me mató la pobre parra esta, y yo pensé en Meche: cuando Meche llegue me va a matar porque la había dejado la pobrecita en los huesos solamente y yo dije: ya esta parra no echa más fruto por el resto de su vida ni más.

¿Sabe qué hermanos? eso fue como en la primavera. Para Septiembre, ya en el verano esa parra estaba tan llena de uvas y de hojas que era increíble ¿por qué? porque cuando tú podas una mata lo que pasa es que tú le quitas todas esas ramitas débiles y secas que le roban vida a la parte principal de la planta. Entonces tú al cortarle todas esas cosas externas innecesarias y esas ramitas finitas que no dan nada de todas maneras, y entonces tú dejas solamente las partes gruesas y saludables.

Entonces esas partes gruesas y saludables tienen más vida que beber, y la savia de la planta se distribuye en menos superficie y por lo tanto crece mucho más fuerte, y así pasa en la vida cristiana. ¿A dónde va Dios a mandar Su Poder, Su Gloria, Su bendición? es a las ramas que dan más fruto, las ramas saludables. ¿Cuáles son los árboles que Dios va a tratar más y va a poder más? aquéllos que son buenos, que dan fruto para que den más fruto. Ahora ese pobre árbol cuando lo están podando para que dé más fruto si pudiera quejarse se quejaría.

Y así nosotros. Cuando Dios quiere tratar con nosotros mira, nos pasa por dificultades, por pruebas, pero eso es Dios podándote, quitándote todo eso externo. El amor por el mundo, la sensualidad, el egoísmo, el orgullo, el rencor, la vanidad, todas estas cosas que te roban fuerza y dejando solamente lo que glorifica al Señor para que eso dé mas fruto para gloria de Él. Todo aquéllo que da fruto lo limpiará para que dé más fruto. Entonces sabe que eso es lo que Dios está haciendo en tu vida. Dios te está llamando a la santidad, te está llamando a la perfección.

Dios perfeccionó a Jesucristo por medio de tribulaciones y angustias, y Él quiere hacer lo mismo. No pienses que si Él hizo eso con Cristo no va a hacer lo mismo contigo. Mire por ejemplo Hebreos capítulo 2 versículo 10, el Señor Jesucristo pasó por ese proceso en Su carne y Su humanidad, y nosotros también tenemos que pasar por él. Dice: "Porque convenía a aquél por cuya causa son todas las cosas y por quien todas las cosas subsisten que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos."

Cristo fue perfeccionado por medio de aflicciones, en Su carne porque Él es Dios, pero en Su manifestación humana por todos esos sinsabores que Él pasó cuando estaba en el mundo Dios lo fue perfeccionando y puliendo para llevar a cabo Su bendita misión de redimir a la humanidad. Hebreos 5:9 dice algo parecido o aún vamos un poquito más, Hebreos 5:7, dice: "Y Cristo en los días de Su carne" ¿ve? era Cristo en Su forma humana "Ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte fue oído a causa de Su temor reverente, y aunque era Hijo por lo que padeció aprendió la obediencia."

Muchos de nosotros nunca aprenderemos a ser mansos, sumisos, sujetos al Señor a menos que no seamos probados y debilitados primeramente. Muchas veces las pruebas nos debilitan pero nos hacen más fuertes, qué interesante eso. Muchas veces las dificultades de la vida y las pruebas a través de las cuales Dios nos pone nos hacen peligrosos para el diablo y para el infierno. Un hombre, una mujer que ha sido tratado por Dios y quebrantado por Dios es algo terriblemente peligroso para el infierno.

Ahora la persona que anda por allí como un caballo indómito no tratado solamente sirve para correr por la pradera pero ni lo pueden montar ni lo pueden usar como carga ni nada y así hay muchos cristianos; muy bonitos, muy frondosos y aparentemente llamativos pero no sirven para nada porque no se han dejado tratar por Dios. Como Cristo ¿no?

Cristo aunque era Hijo por lo que padeció aprendió la obediencia "Y habiendo sido perfeccionado vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen." Cuando tú eres perfeccionado por medio de aflicciones y pruebas, y dificultades entonces tú puedes ser en un sentido autor de salvación para muchos también, por eso no reniegues de la disciplina del Señor, como dice la Biblia: "Porque Dios al que ama disciplina y trata con él."

Mire Primera de Pedro capítulo 5 porque eso está en todas partes, Primera de Pedro capítulo 5 versículo 10: "Mas el Dios de toda gracia que nos llamó a Su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo Él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca." Qué lindo. Después que hemos padecido un poco de tiempo entonces Dios nos perfecciona, nos afirma, nos fortalece, nos establece.

Muchos de nosotros queremos ser fortalecidos, afirmados, perfeccionados pero no queremos padecer un poquito de tiempo. No, deja que Dios trate contigo. Invítalo a trabajar en tu vida. Entra al Evangelio con los dos pies para que Dios haga lo que Él quiere en tu vida y te prepare, y te use para Su gloria. El Espíritu Santo trabajará incansablemente en nosotros para perfeccionarnos.

Termino e invito a los hermanos de la alabanza a que pasen por acá un momento. En Efesios capítulo 4, Efesios capítulo 4 leamos un par de versículos aquí. Comencemos con el versículo 11, mire la obra de Dios en la economía del cristianismo de lo que Él quiere hacer. Dice el versículo 11: "Y Él mismo" Dios mismo "constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros" ¿para qué ha creado Dios estos dones a la Iglesia? Los Pastores, los evangelistas, los maestros, los profetas ¿para qué digamos esas diferentes categorías de servicio que existen en el mundo y en la Iglesia?

Dice: "A fin de perfeccionar a los santos para la obra del Ministerio y para la edificación del Cuerpo de Cristo." Mis hermanos, ustedes vienen a la Iglesia, Dios ha dado los dones de los Pastores, los evangelistas, los maestros, todas estas cosas; es para prepararse hombres y mujeres que lo sirvan a Él, que sean obreros. Hay tanta gente en la vida cristiana que son consumidores, no son productores. En la Iglesia de Jesucristo 20% a lo máximo sirve al Señor en alguna capacidad, en algo y no estoy diciendo que tiene que ser Pastor o cantar en el coro, o ser diácono, no. Estoy hablando de servir allá en tu trabajo, en tu vecindario, en la escuela donde estás, ser útil para el Reino de Dios pero yo diría que un 20% a lo máximo son útiles porque no les ha amanecido para qué es que vienen a la Iglesia.

Entonces hay mucha gente que viene a la Iglesia que mas bien vienen a la Iglesia como consumidores, como clientes, no como participantes y co-productores. Entonces vienen a la Iglesia y se sientan allí, y dicen: bueno hoy el coro como que bueno, no canta tan bien; a la Anita se le salió un gallo, la que estaba atrás de mí me molesta, la próxima vez me voy a sentar en otro lado si la veo. El Pastor: ¡ah! ha predicado mejor en otras ocasiones. En esa Iglesia siempre están pidiendo dinero para todo, etc., etc., etc.

Son catadores de vino, vienen a la Iglesia a ver qué tal está el vino hoy, hacen un buchito y después lo escupen otra vez como los catadores de vino, no se lo tragan, son críticos. Ah allí el ministerio de niños no es tan bueno, Dios quiere un ministerio donde mis hijos, sea un ministerio de primera; bueno, métete tú a trabajar en el ministerio de niños, ayuda. No, los maestros de discipulado no están tan bien preparados, no son buenos maestros. Mira prepárate, si tú eres tan bueno toma discipulado, aprieta los dientes, aprende y entonces haz tú un mejor trabajo para gloria del Señor. Ora, ayuna, prepárate, estudia y dale al Señor entonces el beneficio de tu provecho.

¿Tú sabes cuánta gente? por ejemplo aquí en Estados Unidos hay muchos cristianos que se viven quejando de lo que hay en la televisión cristiana, de que siempre las predicaciones no son teológicamente altas, de que estan diciendo una cantidad de barbaridades, de que hay gente allí que lo que quiere es robarle el dinero a la gente y todo eso. Esa gente teológicamente desarrollada con un gran carácter e integridad se limitan a criticar a esta gente en vez de ellos meterse entonces y levantar ellos sus estaciones de televisión con un mensaje sólido, y ellos entrar en el ministerio cristiano, y usar su entrenamiento académico y profesional, y su gran integridad, y presentarle al mundo una mejor cara del Evangelio.

Lo que pasa es que muchas veces son los locos el Evangelio que se meten a hacer lo que los sobrios y los sabios no hacen. Entonces como dice la Biblia ¿no? si los que son altamente desarrollados no lo hacen Dios va a usar a quien puede, a quien esté dispuesto; pero ¿por qué no se ponen mejor ellos en vez de estar criticando? sacrifícate tú, deja tu profesión, deja tus altos estudios y métete a trabajar para el Reino de Dios con integridad y calidad, y excelencia. No estés tirándole piedras a los pobres que hacen lo que pueden y a veces meten las patas pero por lo menos están haciendo algo y predicando el Evangelio, y la gente se convierte y vienen al Señor.

Hay muchas cosas en el mundo de la televisión y de la radio que yo sé que no agradan al Señor pero si es lo único que hay pues mire, mejor que haya alguien ahí metiendo las patas pero con buenas intenciones que no haya nada, no haya un testimonio para Cristo. Porque la gente sobria, sabia, comedida y prudente a veces no hace las locuras que hace la gente de fe y se mete de todas maneras ¿no?

Entonces lo que le digo hermano es que nosotros somos llamados al Evangelio para servir. Dios invierte y hace todas estas cosas en el mundo de la fe: "Para que seamos preparados para el servicio cristiano a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio." Óigame si la gente cambiara su entendimiento y entendiera que tú has venido al Reino, tú vienes a la Iglesia para servir no para ser servido, para dar no para recibir, para trabajar no para recostarte de los demás que trabajan, eso cambiaría tu vida.

Entonces desde que entras al Evangelio comenzarías de una vez a tomar clases para prepararte, estarías estudiando tu Biblia, ayunarías, orarías al Señor para que te use, buscarías con ánimo y con celo la bendición y la visitación del Espíritu Santo en tu vida, estarías clamando al Señor porque Dios te use y te permita dar a luz la vida de Cristo en tu vida, le pedirías al Señor que trabajara en ti y que tratara contigo porque tú sabes que tú has sido llamado para dar fruto y que un árbol que no da fruto Dios lo desdeña y lo corta, y estás en riesgo. Si no estás haciendo algo por el Reino estás en riesgo, Dios no está contento contigo.

"Para la edificación del Cuerpo de Cristo hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo." Hay mucha tela que cortar. Dios va a trabajar en ti hasta que tú llegues a esa belleza que Él describe aquí.

Dios no quiere en una Iglesia zonas frías o calientes. ¿Tú sabes cómo se hacen análisis de calor a través de la ciencia? se toma una foto a veces, como una radiografía y hay color rojo, amarillo, blanco y azul dependiendo de las zonas y cuán caliente está un ambiente, y así Dios puede tomar una foto, una radiografía de una Iglesia y ve zonas calientes, zonas tibias, zonas frías. No, Dios quiere que lleguemos todos a la unidad de la fe: "Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios."

Mi gran deseo como Pastor es que nuestra Iglesia sea una Iglesia como dice un dicho: pareja, donde todos estemos caminando juntos hacia la misma meta, donde no haya algunos allí dando el ciento por ciento y otros un veinte por ciento.

Yo no digo esto para criticar hermano ni para condenarlo, entiéndame, lo digo para animarte. No desperdicie esta gran oportunidad de ser un siervo, una sierva de Dios. No desperdicies lo bello del Evangelio por simplemente dos o tres banalidades allí, eso no es la vida cristiana y es lo que yo digo, no se nos ha enseñado para qué es que existimos y por qué es que Dios se esfuerza tanto en trabajar con nosotros, porque Él quiere cooperar para producir un hombre, una mujer que manifieste la misma vida de Cristo en él y en ella, y que una misma Congregación esté formada de gente que todos están siendo tratados simultáneamente por el Espíritu Santo, todos siendo llevados en unidad "Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo para que ya no seamos niños fluctuantes llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error."

Las iglesias están llenas de gente así: niños fluctuantes. La Biblia dice que el hombre de doble ánimo es: "Inconstante en todos sus caminos." Dice que no espere una persona que tiene esa actitud recibir nada del Señor. Un día en una Iglesia, otro día en otra Iglesia, un día mirando este programa de televisión, otro en otro saltando como el mono: de palo en palo como dicen por allí. Dios quiere gente sólida, gente comprometida, que escuchan un predicador y saben discernir si es Palabra de Dios o palabra de hombre.

Hay mucha gente que se deja engatusar por una corbata de doscientos dólares y creen que porque esta persona habla como un gigante es un gigante espiritual, discierne. Pídele al Señor que te dé sabiduría para que no te dejes. Hoy en día hay mucha doctrina de error diabólica, doctrina de demonio en el televisor, en las iglesias, en todas partes y hay gente que está siendo llevada por el diablo por un anillo que les ha metido en la nariz y los lleva donde quiere porque no conocen la Biblia, no conocen doctrina, no escuchan al Espíritu Santo dentro de ellos, no oran, no tienen discernimiento, no tienen madurez, no tienen experiencia en las cosas de Dios y el diablo los torea como le da la gana porque no han sido tratados por Dios; son niños fluctuantes, es decir niños efímeros, niños cambiantes, no tienen ese peso, esa madurez de un hijo, una hija de Dios.

Las iglesias están llenas de esas personas y Dios dice: Yo no quiero que tú seas así, yo quiero que tú seas una persona madura, sólida, firme que no te lleven por allí por donde les da la gana. Gente que lo que quiere es hacer dinero de ti o que tú vengas a su Iglesia y la adornes con tu cuerpo sentado en una banca para decir: tengo una Iglesia grande y cambian la buena doctrina, la sana doctrina del Evangelio.

En vez de eso dice que Dios quiere que: "Siguiendo la Verdad en amor crezcamos en todo en aquél que es la cabeza, Cristo Jesús, de quien todo el cuerpo bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayuda mutuamente según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor." Llévese eso allí para su casa y estúdielo porque es muy profundo.

Tú eres parte del cuerpo, tú eres un ojo, tú eres una mano, tú eres un pie, tú eres un pedacito del hígado, tú eres una oreja, tú eres un dedo de una mano, tú eres parte de la nariz, tú eres parte del corazón o del estómago; yo creo que nadie quiere ser parte del intestino pero alguien tiene que hacerlo. Pero cada uno de ustedes es una parte ínfima, una célula del cuerpo de Jesucristo y todas esas partes tienen que estar creciendo en armonía, tienen que estar creciendo orgánicamente porque ¿qué pasa cuando una célula dice: ¿sabes qué? yo no voy a obedecer a este cuerpo, qué pasa? se convierte en cáncer.

Eso es cáncer, es cuando una célula abandona su funcionamiento coherente y sujeto al cuerpo y desarrolla una vida propia, y desarrolla, y comienza y eso entonces es lo que es un tumor; un tumor es una célula que se volvió loca en otras palabras, esa es mi definición no médica. Una célula que decidió seguir su propio camino y comenzó a reproducirse locamente no tomando en cuenta el resto del cuerpo.

En vez de eso lo que Dios quiere es que cada célula, cada pedacito del cuerpo crezca todo dirigido por el Espíritu Santo en armonía produciendo una Iglesia fuerte, próspera, útil en la ciudad, testimonio para gloria de Dios dando fruto hermoso. Yo y tú queremos ser eso ¿sí o no hermanos? Oh pídele al Señor que te haga un pedacito del Cuerpo que esté creciendo conforme al director por excelencia que es el Espíritu Santo que se está forjando un cuerpo bello, que adorna el Reino de Dios y que es útil al Reino de Dios.

No le robes fuerza al Cuerpo de Jesucristo con tu inercia, tu inactividad. Asegúrate que cuando te encuentren te encuentren trabajando. Cuando venga el Señor te encuentre con la espada en la mano, el arado trabajando la tierra del Señor. Que te sorprenda la muerte dándole al Señor lo máximo de tu vida y experimentando el gozo de la vida cristiana recibiendo golpes y dando golpes también, haciendo cosas extraordinarias para el Reino de Dios, experimentando la belleza de ser un siervo legítimo que se está ganando su salario y que está justificando lo que Cristo hizo en la cruz del calvario por él o por ella.

Hermanos: ese es el deseo ardiente del Espíritu Santo y al hacer nosotros eso vamos a llegar a entender el carácter sublime del Evangelio. Vamos a bajar nuestras cabezas un momento y pedir al Espíritu Santo que obre en nosotros.

Quiero invitarte ahora mismo también si tú no has entregado tu vida a Jesucristo a hacerlo ahora mismo y poner tu vida en las Manos del Señor, y entrar en la milicia cristiana, entrar en esta vida gloriosa que es la vida cristiana. Y entra como decía con los dos pies, entra con apetito para experimentar cosas que los ángeles darían lo que no tienen por ellos vivir la vida que nosotros podemos vivir en el Evangelio. Los ángeles no tienen el privilegio que tiene un hombre, una mujer porque no tienen la libertad que nosotros tenemos; no son parte de ese plan misterioso, de esta raza que Dios ha puesto sobre la Tierra para completar un drama del que sólo Él conoce todos sus detalles.

Hay ángeles que yo creo que darían lo que no tienen por experimentar lo que nosotros podemos experimentar y sin embargo continuamente lo desperdiciamos. Dios te dice: Hijo mío, hija mía entra en la belleza, la gloria y el drama de esta carrera que Yo he diseñado para ti. Si tú sientes que Dios te está llamando no desperdicies más tiempo: entrega tu vida al Señor, ponte de pie y pídele al Espíritu Santo que entre en tu vida. Hazlo allí donde tú estás pero me gustaría orar por ti.

Si hay alguien que no lo ha hecho todavía hazlo ahí donde tú estás ahora mismo o ponte de pie si tú quieres, o al final del servicio ven y habla conmigo, y vamos a ponerte en las manos de alguien que te instruya y que te ponga donde tienes que ir para crecer como tú tienes que crecer. Si no lo has hecho hazlo ahora.

Yo me temo que muchas veces cuando estamos en este lugar así un poco más grande mucha gente se deja intimidar por esa oportunidad de dar su vida al Señor. Si no estamos dispuestos a padecer un poquito ahora para entregar nuestra vida al Señor entonces wow ¿cómo Dios nos va a bendecir si no estamos dispuestos a pagar el precio de algo tan sencillo como eso? Paga el precio y pídele al Señor que entre a tu vida, da testimonio de que tú eres un seguidor de Jesucristo y lo estás invitando a entrar en tu corazón.

Si hay alguien levante su mano y vamos a orar por ti en este momento, antes de irme me gustaría hacerlo. Vamos a orar y pedirle al Señor mientras tanto, que trabaje en nosotros y nos haga un miembro fidedigno y honroso del Cuerpo de Jesucristo. Padre: te adoramos, te bendecimos, decimos amén a la Palabra que Tú nos has confiado en esta tarde. Queremos ser como Jesús, queremos ver a Jesús, queremos honrarlo con nuestra vida, queremos imitarlo. Trata conmigo.

Padre: yo te pido que pongas hambre y sed de inquietud en el corazón de Tus hijos y Tus hijas en esta tarde, que nadie se quede sin sentir el aguijón del Espíritu picándolos, invitándolos a una vida más profunda y más cercana a Cristo Jesús. Te entregamos nuestra vida, te entregamos nuestro ser. Haz de cada persona aquí un siervo útil Señor y una viña que dé fruto para gloria de Tu Nombre. Danos una Iglesia pareja, una Iglesia homogénea en el sentido de que todos en unidad crezcamos para expresar toda la medida de Cristo Jesús en nuestras vidas.

Te entrego Padre esta grey, sigue trabajando con ella Señor como describe Tu Palabra, no nos dejes sin disciplina, no nos dejes sin trato Padre. Usa esta Palabra para crear hombres y mujeres con hambre y sed de Ti Señor. Gracias, te adoramos, te bendecimos, gracias Señor en el Nombre de Jesús, amén. Dios les bendiga mis hermanos.

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Una vida radicalmente comprometida con el Reino de Dios

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En este año el tema de la consolidación es nuestro norte y nuestro punto de referencia, y lo que estamos haciendo es como fortaleciendo, afincando, insistiendo en esos valores fundamentales de nuestra Iglesia, valores de los cuales el Señor nos ha hablado a través de los años y que son como el distintivo que queremos siempre mantener en todo lo que hacemos y predicamos.

Y uno de esos valores es de una vida radicalmente comprometida con el Reino de Dios, nuestro deseo es de ser una Iglesia que sirva al Señor porque sí, que sirva el Reino de Dios porque no hay nada mejor que servir el Reino de Dios; es más importante que los intereses de León de Judá o los del Pastor, o lo que sea, simplemente estar completamente entregados, dedicados al Señor.

Y hemos estado hablando en estos últimos dos domingos acerca de el hecho de que cuando nosotros venimos a los caminos de Dios, al Reino de Dios, al Evangelio, Dios nos llama a entregarlo todo por Él, a sacrificarlo todo, a ponerlo todo a Sus Pies. Nos llama a morir, nos llama a olvidarnos de nosotros mismos y poner la mirada solamente en Jesús, imitarlo a Él en Su muerte, en Su crucifixión y en Su Poder también, en Su Santidad y en Su carácter perfecto.

Y no es que venimos al Evangelio para que Dios nos dé cosas. Ni siquiera venimos al Evangelio para que Dios nos haga felices aunque eso es un producto de la vida cristiana. Pero como decía me temo que en este último tiempo de la vida de la Iglesia de Jesucristo como que se predica tanto: ven a Cristo para que Él te dé una vida feliz, ven a Cristo para que Él te dé la mejor vida que tú puedes vivir, ven a Cristo para que Él te ayude a realizar tu potencial. Ven a Cristo para que Él bendiga tu matrimonio, tus finanzas, tu salud, tu mente.

Y en realidad si miramos el tono de la Palabra de Dios ninguna de esas cosas debe ser la primordial razón por la cual debemos venir a Cristo. Nosotros venimos a Cristo porque sólo Él puede, es decir nosotros existimos para Dios, existimos para Su Gloria y solamente a través de Cristo nosotros podemos encontrar la identidad del hombre; tener una relación con Dios, de servirlo a Él, de asemejarnos a Él, de ser tratados por Él, de ser útiles para Él.

Y entonces como consecuencia de buscarlo a Él por Él mismo y porque nosotros hemos sido creados para gloria de Él, entonces nosotros encontramos la felicidad pero no es que venimos para buscar la felicidad, la felicidad simplemente es un resultado secundario de la vida que le entregamos al Señor y hemos visto esos pasajes ¿no? donde el Señor dice: Si alguno no aborrece a padres, madres, hermanos, hijos, hijas no merece ser Mi discípulo.

Venimos al Evangelio para ser discípulos de Jesucristo. Venimos al Evangelio para morir, venimos al Evangelio para dar y servir no para que nos den a nosotros, ya Él lo dió todo a través de Cristo Jesús en la cruz del calvario. Y nosotros entonces tenemos que entender claramente por qué servimos a Jesús.

¿Ustedes recuerdan ese pasaje donde el Señor se voltea hacia la multitud, donde dice que mucha gente le seguía y entonces les dice: Hey si ustedes no están dispuestos a pagarlo todo y a venderlo todo, a venderlo todo por Mí ustedes no merecen ser Mis discípulos? Y lo que he querido a través de estas meditaciones es como poner en orden correcto las razones por las cuales nosotros servimos al Señor e invitarte a ti y a mí a hacer una entrega total de nuestra vida al Señor, de tener una Iglesia radicalmente comprometida con el Reino de Dios.

Yo puedo entender que una persona nueva en el Evangelio viene porque tiene necesidades, problemas, porque está buscando algo y necesita algo y así fue que vino la mayor parte de la gente que uno ve en las Escrituras a Cristo, venían porque tenían una necesidad. Saqueo tenía un hoyo en el alma que se lo estaba comiendo vivo, Bartimeo necesitaba ser sanado de la vista, la mujer con el flujo se sangre tenía un problema serio físico, el joven rico estaba deprimido y su religión no le daba suficiente gozo, y estaba buscando la respuesta a su necesidad existencial.

Todos tenían una necesidad pero el Señor muchas veces antes de darles lo que ellos estaban buscando primero los llamó a otra cosa, los llamó a verlo a Él, conocerlo a Él, amarlo a Él, tener un encuentro con Él y entonces recibieron lo que estaban buscando. O el Señor en Su Misericordia les ministró en su necesidad inmediata y entonces les dijo: Ahora síganme y lo dejaron todo y lo siguieron a Él.

Pero ya cuando uno está metido en el Evangelio y uno tiene cierto tiempo entonces uno tiene que entender por qué verdaderamente es que uno sirve al Señor, y una Iglesia que está compuesta de gente que no entiende por qué sirven al Señor y por qué lo siguen va a ser una Iglesia coja, una Iglesia deficiente. Mi deseo es que todos nosotros estemos al mismo nivel, corramos al mismo paso. Yo quiero una Iglesia de gente entendida en por qué todos seguimos al Señor y hay ciertas cosas que Dios quiere hacer en nuestra vida.

Dios nos disciplina. Yo quiero hablar acerca de la disciplina, el trato de Dios, que en vez de nosotros venir a la Iglesia y al Evangelio para que Dios nos dé algo o nos solucione un problema, nosotros tenemos que venir para que Él primero haga algo en nuestra vida y nos trate, y ese trato va a ser a veces doloroso y va a ser desagradable. Por eso es que si usted viene a buscar a Cristo por algo, un deseo, algún placer, algún relief, algún descanso, alguna liberación, alguna provisión, puede que usted se lleve un gran chasco y se decepcione porque en realidad la prioridad del Señor no es darle lo que usted quiere, es sino darle lo que usted necesita y entonces ministrar a su necesidad.

Entonces si usted viene porque usted cree que aquí va a encontrar la solución a todos sus problemas, cuando vengan las pruebas y las dificultades, y cuando venga el trato de Dios en su vida usted va a echar un pie porque no estaba preparado para lo arduo de la vida cristiana. Es como una persona que se enlista en el ejército y cree que: bueno el ejército es bueno porque me da un salario, puedo coger mi ciudadanía, voy a tener un bonito uniforme que me va a quedar bien y voy a impresionar a mi novia y a las muchachas, y cuando lo mandan al campo de guerra y comienzan los tiros a volarle por encima de la cabeza dice: oh espérate, yo no me enlisté para esto.

Cuando llega al campo de entrenamiento y tiene un sargento de pelotón que comienza a gritarle encima de la cara y a levantarlo a las 4 de la mañana cuando todo está oscuro se queja y dice: espera, eso no fue lo que yo pedí. El Evangelio es así, el Evangelio es una milicia. Tiene sus momentos de gloria cuando usted se pone su uniforme bien flamante y hay un desfile, y todo el mundo; hay momentos de gloria en el Evangelio pero hay momentos de prueba también en donde Dios nos trata y nos va formando porque eso es lo que Él quiere.

Entonces este pasaje nos habla acerca de eso, la vida cristiana como una vida de esfuerzo, trato de Dios. Mire lo que dice comenzando el versículo 1: "Por tanto nosotros también" ¿quiénes somos nosotros? León de Judá, usted y yo "teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos" ¿cuál es esa tan grande nube de testigos? En el capítulo 11 el escritor acaba de hablar de esa nube de hombres y mujeres que a través de la historia han pagado el precio; fueron martirizados, caminaron en el mundo sufriendo, algunos de ellos murieron sin ver lo que Dios les había prometido. Padecieron de muchas maneras pero dieron la talla y murieron con gloria, y han sido de testimonio para nosotros y nos han animado a nosotros en nuestra propia carrera, y esa gente ha ganado distinción en los anales de la vida cristiana.

Y él dice: Teniendo nosotros una gente tan distinguida que nos ha precedido en el caminar cristiano "Nosotros también despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia" es decir que nos ataca, nos rodea, nos presiona "y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. ¿Cuántos de nosotros vemos la vida cristiana como una carrera, como un maratón?

No es un paseíto a la vuelta de la esquina en un parque bonito, es una carrera; tiene demandas, uno se cansa. Hay momentos en que uno quiere cuitearse y echar un pie, y sentarse, echarse fresco en algún lugar y tomarse una coca cola y olvidarse de a lo que Dios nos ha llamado. La vida cristiana es así, es una carrera, no es un paseo por el parque.

Corramos con paciencia, se requiere paciencia. Si usted es un corredor de corta distancia probablemente no le va a ir bien en el Evangelio, se requiere mucha paciencia cuando vienen las dificultades, las pruebas, cuando Dios te aprieta, cuando algo sucede que tú no esperabas, cuando un hermano te ofende, cuando hay una enfermedad en la casa o en tu propia vida se requiere paciencia; cuando le fallas a Dios y te da ganas de simplemente huir se requiere paciencia. Hay que pedirle al Señor que nos dé paciencia y Dios nos va formando en paciencia, esa es una de las cosas que Dios hace a través de las pruebas.

Alguien ha dicho: no le pidas al Señor paciencia porque sino te va a dar pruebas. La gente cree a veces que: "Señor dame paciencia" y creen que va a venir el Señor con un bisturí y le va a abrir la tapa de los sesos, y le va a meter una cosita que se llama paciencia. Él dice: ok ¿tú quieres paciencia? te voy a entrenar en paciencia, aquí vienen las pruebas.

"Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" mire esto aquí "puestos los ojos en Jesús." Cuando tú te sientas cansado, cargado, atribulado piensa en Jesús, Él lo pasó mucho peor que tú pero llegó hasta el final; fue coronado y fue premiado con el máximo premio. Esta es una de las cosas que nosotros tenemos que entender en la vida cristiana.

Nuestra mirada tiene que estar en Cristo. Él es nuestro modelo, Él es nuestra fuente de inspiración y fortaleza. Mi modelo no es algún gran predicador o Pastor muy logrado allá afuera, mi modelo es Jesucristo, yo tengo que imitarlo a Él en Su carácter pastoral y en Su Corazón, y en Su caminar. Él es tu modelo también, no es el diácono tal.

¿Cómo reacciona Cristo, cómo lo vemos retratado en las páginas de la Escritura y cómo fue Él? Él fue un siervo que sirvió a Su Padre hasta la muerte y nosotros tenemos que servir así mismo a nuestro Dios. "Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe."

Aquí hay algo bien importante, dice que: "El cual por el gozo puesto delante de Él" marque eso en su entendimiento "por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio y se sentó a la diestra del trono de Dios." Aquí quiero detenerme un momentito antes de continuar porque en realidad este no es el centro de mi sermón pero es importante todo esto que estamos diciendo acá.

Porque yo les he dicho antes que en la vida cristiana hay una especie de paradoja y es que muriendo nosotros llegamos a vivir. Perdiendo ganamos, dando recibimos, siendo humillados somos engrandecidos, siendo humildes llegamos a ser poderosos y fuertes, debilitándonos somos fuertes; Dios nos debilita y nos desangra para hacernos más y más fuertes en Él y más efectivos y siendo entristecidos por la disciplina y el trato de Dios llegamos a ser felices y llegamos a ser realizados.

Entonces yo les digo que nosotros no debemos decir: Señor hazme feliz como si la felicidad fuera algo que Dios te da como una sustancia, tú tienes que decir: Señor haz como con Tu Hijo, trata conmigo, quita todo lo que me sirve de obstáculo en mi vida para que entonces yo pueda ser feliz. La felicidad viene después que tú eres tratado por Dios y por eso es que dice aquí que: "Cristo por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz."

Lo que mantuvo al Señor motivado en medio de todas Sus aflicciones, Sus pruebas, el trato de Dios en Su vida, la soledad, las traiciones, el sufrimiento del calvario fue lo que iba a pasar después de todo ese tratamiento. El gozo que Él iba a sentir cuando Él viera a una humanidad redimida por Su sacrificio en la cruz.

El Señor cuando entra en Su propio viacrucis y en Su propio desierto aquí en la Tierra está pensando en todo momento: un día la humanidad va a recibir este gran provecho de Mi muerte y a través de Mi muerte, Mi crucifixión, Mis Palabras que Yo voy a dejar en la Tierra establecidas toda la humanidad va a ser redimida y yo voy a ver esa familia que será hecha posible por Mi sacrificio, y Yo estaré gozoso, y me regocijaré con Mis hermanos redimidos cuando entren en la Gloria. Y esa gran multitud de naciones que a través de los siglos van a ser redimidos por Mi sangre y Mi sacrificio, y yo me gozaré viendo el resultado.

Y por eso dice aquí que el Señor viendo el gozo puesto delante de Él sufrío la cruz, y así tenemos que hacer nosotros en nuestra vida. Cuando Dios trata con nosotros, cuando padecemos aflicciones aquí en la Tierra, cuando el Señor está usando Su bisturí para cortar áreas de nuestra vida que no le son convenientes; cuando Dios nos está desangrando para sacar de nosotros ese apego al mundo y a la carne nosotros tenemos que decir: gracias Señor porque de aquí va a salir un hombre, una mujer más bendecida, más útil, más cercana a Ti, más capaz de conocerte y de saber quién Tú eres y de identificarse Contigo. Tú estas desangrando al toro este para que pueda ser útil para Ti.

Entonces nosotros tenemos que mirar el resultado. No mires ahora mismo las aflicciones que tú estás pasando, las pruebas, las dificultades, las luchas porque si tú estás en Cristo todo eso está siendo usado por Dios, es materia prima para tu perfeccionamiento y tu trato, y tu acercamiento al Señor. Todo lo que tú padeces en la vida si lo pasas a través de los ojos de la fe va a resultar en fortalecimiento y bendición para ti. Vas a crecer, vas a ser más feliz.

Esas cosas que te daban un placer temporero, traicionero y dañino Dios está quitando y está desconectando esos alambritos por medio de las situaciones por las cuales Él te está pasando para que tú puedas hacer más felices a tus seres queridos, tú mismo ser más feliz y ser útil para el Reino de Dios. Entonces mira ese gozo que está puesto delante de ti, mira el resultado de las cosas que tú estás pasando en tu vida y cree que cuando tú pases por la prueba el Señor te va a sacar al otro lado como Cristo gozándote y celebrando tu crucifixión que va a dar bendición a otros y va a ser bendición para ti, y para tu vida.

Entonces lo que yo digo es eso, que si nosotros nos sometemos al trato de Dios entonces vamos a ser más felices, no primero ir y decir: Señor hazme feliz y entonces te voy a servir, no. Señor: sométeme a Tu trato para que yo sea feliz y entonces pueda celebrar una felicidad auténtica y legítima. Todo lo que pase en tu vida Dios lo está usando para ese proceso.

Entonces: "El Señor por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreció el oprobio, la vergüenza y se sentó a la diestra del Trono de Dios." Mira la victoria que está al final de tu tratamiento porque a eso es a lo que Dios te trae a la vida cristiana y eso es lo que yo quiero enfatizarte en esta mañana. Porque yo tenía mi sermón bien trabajadito esta mañana y el Señor me metió una de esas zancadillas y me dijo: no, para hoy no, esto es lo que Yo quiero que tú prediques y tuve que entonces sustituirlo todo.

Porque esa idea ¿no? esa idea central de que el Señor para hacernos felices nos crucifica y trata con nosotros, y por eso que nosotros debemos venir al Evangelio, no para que nos haga felices. Porque si ese es el propósito principal y crees que eso es lo que vas a recibir, muchas veces te vas a decepcionar. Tú tienes que venir por la razón correcta que es para pasar por el mismo proceso que Cristo pasó para entonces poder recibir lo que tú deseas para tu vida.

Continuemos. Aquí es donde él comienza a entrar en materia, el escritor, dice: "Considerad a aquél que sufrió tal contradicción de pecadores contra Sí Mismo" considerar quiere decir: piensa en, enfoca; ponle atención a, medita en esta persona, Cristo Jesús que sufrío tanto en Su propia vida de parte de gente que no lo amó, que lo quiso destruir, que lo traicionaron, que lo criticaron. "Piensa en Él, medita en Él, observa Su vida y Su carrera para que tu ánimo no se canse hasta desmayar."

Cuando Dios te meta en esta carrera que es la vida cristiana, esta jornada gloriosa y paradójica, aventurera de eventos inesperados siempre torna tu mirada hacia Cristo y manténlo a Él como el paradigma, como el modelo de tu vida. ¿Sabes que si eso le pasó a Él también te va a pasar a ti? porque tú eres Su seguidor.

Y algunos escritores y conocedores del griego original dice que la palabra "considerad" que es: afrontes, puestos los ojos en Jesús, esa idea de puestos los ojos en Jesús es mirar fijamente a Él; quitar toda consideración y mirarlo a Él escuetamente, fijamente enfocándote en Él. Considéralo a Él para que tu ánimo no se canse hasta que tú desmayes. Desmayar quiere decir: tirar la toalla, salirse del Evangelio, echar un pie, abdicar del Evangelio y decir: ya no quiero más, no quiero seguir más porque no, esto, I didn't sign up for this.

"Porque aún no habéis resistido hasta la sangre combatiendo contra el pecado." En otras palabras muchos de nosotros creemos que ya hemos padecido bastante por el Señor pero mire: la mayoría de nosotros no hemos pagado el mismo precio que pagó Jesucristo y muchos mártires que han dado la vida.

Cuando yo me siento inclinado a sentir pena de mí mismo y a decir: oh Señor ¡qué difícil! estoy solo, cuánto he sufrido, cuánto esto pasando, y yo digo: hey pero si yo tengo todo, Dios me ha bendecido, yo no he sufrido; ¿qué hay de esos Pastores que están por allí comiéndose un cable? trabajan duro y hacen todo y no ven la bendición, no les pagan un salario, tienen problemas de salud en África, Asia, Latinoamérica. Hay Pastores en esta nación que dan todo y no ven el fruto de su trabajo.

Y yo digo: Dios me ha bendecido en tantas maneras que yo no me puedo quejar. Sí es difícil, es duro pero hey: yo podría contar miles o decenas por no decir decenas de miles de siervos de Dios que están pagando un precio mucho más alto que yo. Así que cuando yo me siento inclinado a creerme la gran cosa yo miro a otros alrededor de mí que esos sí que han pagado el precio. Yo no he padecido hasta la sangre. Yo digo: Señor si algún día sucede algo en mi vida que verdaderamente como que negara Tu amor por mí aparentemente y Tu trabajo en mi vida, que yo tenga la gracia y el valor de amarte y besarte la Mano a pesar de cualquier sufrimiento que venga a mi vida. Y tú tienes que hacer lo mismo.

¿Por qué tú sigues a Cristo, por qué estás aquí hoy? ¿por qué tú estás en el Evangelio? ¿es por los panes y los peces que Cristo te da o por Él, porque Él es el sumo bien, Él es la perla de gran precio? "No habéis padecido hasta la sangre y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige diciendo: aquí quiero entrar." Pablo dice: se les ha olvidado muy rápido lo que es la esencia del Evangelio, se les ha olvidado lo que dice la Palabra cuando están en pruebas y dificultades, y bajo persecución.

Se les ha olvidado lo que dice la Biblia que dice: "Hijo mío: no menosprecies la disciplina del Señor ni desmayes cuando eres reprendido por Él, porque el Señor al que ama disciplina y azota a todo al que recibe por hijo." En otras palabras ¿entiende usted la conexión que está haciendo Pablo? o el escritor de Hebreos no sabemos si fue Pablo, entre las pruebas, las dificultades, las demandas de la vida cristiana, las luchas y padecimientos de la vida cristiana y el Señor que nos está disciplinando.

Que muchas veces nosotros creemos que lo que me está pasando es simplemente producto de la vida pero no vemos muchas veces que Dios está trabajando en eso y nos está disciplinando. La palabra que usa el escritor: disciplina es paidea, es la palabra que quiere decir como: entrenamiento, es el sistema educativo que se usaba en Grecia para educar a un niño moralmente, para educarlo en la formación de su carácter, paidea.

En otras palabras lo que el escritor está diciendo, el trato del Señor no es un trato, disciplina a veces pensamos que es que el Señor coge una correa y nos azota, hacemos algo malo y Dios nos castiga, no. Es el trato del Señor con nosotros. Cuando tú vienes a los caminos del Señor Dios inmediatamente inicia un trato para ti como un entrenador, como un entrenador que viene un atleta y el entrenador estudia la musculatura de ese atleta, su estilo, su carácter y entonces genera un plan de entrenamiento para llevarlo a lo máximo conforme a su dotación y conforme a las idiosincracias y características de su cuerpo y de su carácter.

Y así es cuando entramos a los caminos del Señor. Si sabemos lo que estamos haciendo debemos entender que lo que va a pasar es que enseguida Dios te dice: Bienvenido al Reino de Dios, ahora vamos a trabajar. Aquí tengo tu plan de entrenamiento. Y entonces Dios comienza a pasarte por un proceso formativo.

Ese proceso va a incluir: tareas, asignaciones, va a incluir esfuerzo y pruebas, va a incluir etapas de entrenamiento y de servicio, Dios va a identificar esas áreas de tu vida y de tu carácter que no son convenientes a Él y las va a comenzar a cortar y a trabajar, Dios va a ver, te va a dar un don y entonces queriendo que ese don salga a plenitud a manifestarse, va a comenzar a pulir ese don y va a comenzar a quitar todo lo que te hace tropezar en el uso de ese don.

Dios va a determinar un lugar en Su Reino para que tú trabajes en él y te va a comenzar a preparar y a tratar para que tú seas el mejor siervo o la mejor sierva en esa área de tu vida, y va a identificar también esos pecados estructurales, esas debilidades que hay en ti, esos defectos, esas imperfecciones y va a comenzar también a cortarlas por medio de experiencias y de la obra de Su Espíritu Santo, la convicción que Él va a traer a tu vida, gente que Él va a traer que te van a hablar, padecimientos y sufrimientos. Todo lo que sucede en tu vida Dios lo va a orientar en maneras muy específicas para llevarte a ser la persona más poderosa y más lograda que tú puedas llegar a ser.

No necesariamente la persona más próspera, más feliz y de más dinero, y más alegre del mundo pero sí la persona más gloriosa y más admirable, y más digna, y más útil que pueda existir para el Reino de Dios. ¿Estás tú dispuesto a entrar en el trato de Dios? Por eso es que él habla de la disciplina.

Dice: "No menosprecien la disciplina de Dios." ¿Qué pasa con mucha gente? cuando Dios te pone en ese programa de entrenamiento tú desprecias y dices: no, yo no vine al Evangelio para eso y mucha gente comienza entonces a dudar de Dios, a renegar de Dios, a criticar la Iglesia, a criticar a Dios, a criticar los evangélicos y echan un pie y se van porque no entendían que no, eso era,Dios está tratando, no menosprecies la disciplina. Cuando el Señor te trata no lo menosprecies, no desmayes cuando eres reprendido por Él.

Muchas veces vamos a ofender al Señor y Dios va a venir con Su disciplina severa como un Padre que Él es y también nos va a confrontar, y hay misterios en la vida cristiana. Tenemos un acusador que también nos acusa delante del Padre y muchas veces Dios va a tener que coger la correa también pero es porque nos ama, porque si nos deja sin disciplina entonces somos bastardos y no hijos dice la Palabra del Señor. El Señor al que ama, disciplina y azota a todo, marque ahí todo, eso te incluye a ti y me incluye a mí.

Cuando Dios te entra en los caminos del Señor hay una correa que le está colgando de aquí de la cintura y de vez en cuando Él va a aplicar la correa también pero en realidad, la mayor parte de las veces lo que Él va a aplicar va a ser el tratamiento, el entrenamiento, el trato que te va formando y te va llevando a ser más y más como Cristo. Pero entiende que Dios cuando te entra en los caminos del Señor te da la bienvenida a una vida ardua, la vida de un atleta, un guerrero, un militar, un siervo; ese es Su propósito y no menosprecies nada que suceda en tu vida.

Pídele al Señor que te de la sabiduría, la entereza y la integridad de bendecir las cosas que vienen a tu vida que son para tu propio bien. Muchas veces Dios te va a quitar cosas que tú amas muchísimo pero que Él sabe que no son para tu bien. Ese hombre que tú hubieras dado los dos ojos de la cara por él no te convenía y Dios lo sacó de tu vida, y muchos de nosotros, muchas mujeres u hombres se inclinan entonces a menospreciar a Dios: ah, yo le pedí un anillo, yo no le pedí que se me fuera de la casa el hombre éste. Entonces ya Dios no me ama y ya el Evangelio es una farza, y dejan de venir a la Iglesia porque están buscando el anillo, no están buscando al que hizo el anillo que es Cristo Jesús ¿no?

Es increíble pero nuestras prioridades tienen que estar correctas, de que a Dios no le interesa tanto mi alegría ni mi felicidad como mi santidad y mi carácter, y Él disciplina, Él trata, Él forma, Él conforma, Él azota, Él bendice pero Él tiene un repertorio de intervenciones que no excluyen la intervención y el trato fuerte y severo de un Padre que nos ama.

Una de las cosas que a mí me da miedo de Dios es que Él es insobornable. A ese ser usted no lo puede sobornar, no lo puede sugestionar, you cannot blackmail him, chantajear; usted no le puede decir: ay ya no puedo más, ya suéltame. Él dice: No, todavía puedes más, Él sabe exactamente lo que usted necesita. Dios es así.

Él a veces al que más ama más lo trata. Dios es totalmente vertical y recto en todo lo que Él hace y por eso es que tenemos que caminar muy cuidadosamente delante de Él y tenemos que venir a la vida cristiana con ese sentido como de: ay estoy entrando en una zona sagrada, una zona donde yo no sé lo que va a suceder porque Dios puede tener cosas que yo ni siquiera espero, pero yo sé que van a ser buenas.

Cuando digo eso recuerdo la famosa frase de la película esta Narnia donde uno de los personajes le pregunta a otro personaje acerca del león, Aslan que es una representación de Cristo y le dice ¿cómo es que se dice? que si es manso, que si es seguro estar alrededor del león y le dice: he is not safe but he is good, no es manso pero es bueno. Así es el León de Judá.

Al León de Judá yo me acerco con temor y temblor. Yo sé que me puede rugir y hasta su pequeño zarpazo me puede dar, un manotazo pero yo sé que es bueno y que todo lo que hace es para bien y para bendición de mi vida pero no es muy seguro. Y por eso es que yo digo que le hacemos un daño al Evangelio y a Dios cuando le ofrecemos a la gente este Evangelio barato que se está vendiendo por todas partes hoy en día, de que: ven para que te vaya bien, ven para que seas feliz, ven para que tengas una buena vida, ven para que seas prosperado materialmente. Esa es una distorsión crasa para tu vida.

Yo no te puedo asegurar que Dios te va a dar lo que tú le estás pidiendo en ese momento porque yo no sé si es para bien de tu vida, yo no puedo decirle a la gente: Dios te va a hacer rico y Dios te va a dar dinero porque ese dinero puede que te mate y destruya tu vida. Dios te va a dar ese hombre o esa mujer que tanto deseas, yo no sé si es para ti, pregúntale a Dios; yo voy a orar para que Dios te dé conforme a tu necesidad y que te ilumine, y que si es para Su Gloria. Porque a veces cuando la gente me dice que ore así por algo específico yo tengo miedo de cómo orar porque van a decir: no, voy a buscarme otro Pastor que ore más conforme a lo que yo necesito. Yo oro en código.

Porque yo no puedo decirle a la gente a veces: oh Pastor yo quiero ese trabajo, por favor ore. Y no tengan temor, y si quieren que yo ore está bien, no hay problema. "Oh yo quiero ese trabajo" ¡amén! vamos a orar pero: ¿y qué si ese no es el trabajo que Dios quiere para tu vida? ¿Cuántas cosas Dios me quitó que me dolieron cuando me las quitó y después dije: gracias Señor que me las quitaste? hoy estaría comiendo un cable si me hubiera dado eso, estaría en la cárcel o estaría quién sabe dónde si hubiera recibido eso que tanto le pedí.

La gente se mata por cosas que desean y están dispuestos a vender su alma al diablo, y quieren forzar la mano de Dios para recibir algo, y Dios dice: Mira, Yo te amo demasiado para darte eso que tú quieres, te voy a dar otra cosa mejor.

Así que entremos al Evangelio para que Dios trate con nosotros, para que nos discipline, para que nos convierta en el ser más poderoso que Él pueda crear. Versículo 7 dice: "Si soportáis la disciplina Dios os trata como a hijos, porque ¿qué hijo es aquél a quien el Padre no disciplina? pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes" mire, subraye eso. ¿Recuerda que dice que Dios disciplina a todo el que recibe como hijo? y aquí dice que todos hemos sido participantes de algún tipo de disciplina.

Si tú estás en el Evangelio y vas a estar por largo tiempo va a haber muchos momentos en que tú vas a participar de la paideia de Dios, es decir: del trato de Dios, la formación de Dios, la disciplina misericordiosa y amorosa del Padre, la lucha cuerpo a cuerpo contigo de un Dios que te ama y quiere llevarte a ser más y más como Su Hijo, y quiere quitarte ese peso que tienes encima de ti que te impide correr con ligereza la carrera de la fe.

Si Dios te ama te va a disciplinar, si Dios te recibe como hijo va a tratar contigo. Si Dios tiene un propósito en tu vida Él va a formarte porque Él quiere un hijo digno de Él. No menosprecies la disciplina, no te canses de la disciplina, no reniegues de la disciplina de Dios, el trato de Dios.

Entonces él entra a una ilustración: nuestros padres nos disciplinaban y lo hacían imperfectamente muchas veces. Lo hacían por razones indebidas, se equivocaban, nos daban palizas terribles a veces y otras cosas, y nos trataban mal pero porque nos amaban en su manera mal dirigida, y nosotros los venerábamos aunque nos disciplinaban "¿Por qué entonces no obedeceremos mucho más entonces al Padre de los espíritus y viviremos?" wow. ¿Cómo vamos nosotros a despreciar el trato de Dios en nuestra vida entonces? si es un trato que es para bendición de nosotros.

"Aquéllos ciertamente por pocos días nos disciplinaban como les parecía" versículo 10, "pero éste para lo que nos es provechoso para que participemos de Su santidad" subraye eso también, porque para eso es que Dios te trae al Evangelio, es para que tú participes de la belleza, la dignidad y el carácter perfecto de tu Padre celestial. No es para que tú te realices a ti mismo o tengas tus derechos humanos. Eso es lo que está pasando en este tiempo, hay tanta gente con esta cuestión de nuevo, de la homosexualidad.

De nuevo no es que yo tengo un hang on con eso pero yo no oigo a nadie por ahí diciendo que el ser adulto es un derecho humano, así que yo por eso no peleo tanto por eso porque yo sé que no, eso no es derecho humano. Oh yo soy alcohólico y ese es mi derecho, y es mi identidad así que hay que hacer un lugar para mí en las escuelas y en otros sitios porque al ser alcohólico eso es mi derecho, es un derecho humano. Yo no veo a nadie diciendo eso ni veo a nadie diciendo que ser resentido o vengativo, violento, robar. Es decir esos no son issues, todo el mundo sabe, aún los que lo practican que eso es malo.

Pero hoy en día hay este deseo entonces de, la gente en vez de buscar la santidad de Dios dice: no, yo necesito expresarme y realizarme, y entonces cambiamos el sentido del Evangelio. Y nosotros los Pastores estamos muchas veces deseosos de entrar en ese juego demoníaco, y meter a la gente en un estilo de vida impuro y dañino para que supuestamente entren al Evangelio y se queden allí; no están en el Evangelio, están en el infierno mientras practican eso como cualquier otro pecado que usted practica y que usted deja que lo esclavice. Es una contradicción de la razón por la cual usted viene al Evangelio que es para participar de la santidad de Dios. No es para que usted sea feliz o que usted manifieste su identidad, nada. Todo eso usted tiene que dejarlo a la puerta cuando usted entra al Evangelio.

La única razón por la cual usted entra al Evangelio verdaderamente es para que Dios lo forme de manera que usted proyecte la pureza, la belleza, la harmonía, la santidad de Dios. ¿Puede usted decir: amén, yo estoy dispuesto a entrar al Evangelio por eso? ¿Usted está dispuesto a pagar el precio?

A eso es a lo que Dios nos ha llamado, a dejar todo lo que me da placer a mí y me gusta. Cualquier cosa cuando usted entra al Evangelio usted le firma a Dios un papel en blanco abajo y ese papel le da a Dios derecho a hacer lo que a Él le dé la gana en su vida, quitar lo que Él quiera, sacar lo que Él quiera. Si usted tiene que vivir una vida célibe toda su vida, tiene que vivirla. Si tiene que vivir una vida monógama con su esposo, su esposa que Dios le dió aunque usted quiere convivir con veinte mil mujeres, usted tiene que vivir porque Dios así lo llamó.

Si usted tiene que vivir pobre y en una clase básica de vida aunque usted podría tener mucho dinero vendiendo drogas o porquería, o lo que sea y usted sabe que eso no agrada al Señor deje todo eso porque mejor es que usted al Reino eterno manco o tuerto, o cojo que entrar a la vida eterna, al infierno con todas sus facultades y con todo su dinero. ¿De qué le sirve a un hombre si granjeare todo el mundo y perdiere su vida? dice la Biblia.

Tú tienes que entregar todo lo que sea necesario para tú ser como Cristo, no importa qué es lo que tú más amas: dinero, carácter, temperamento, posesiones, fama, prestigio, influencia, lo que sea. Lo que sea tú tienes que decir: Señor aquí está todo, devuélveme solamente lo que Tú quieras y lo que Tú pienses que puedo usar, lo demás córtalo de mi vida. ¿Estamos dispuestos nosotros a vivir de esa manera?

La Biblia está llena de esos pasajes. Por favor Omar comienza, vamos a llevar esto a aterrizar. A eso es que Dios te está llamando. Si alguno no desprecia padre, madre, hijo, hija, hermano, hermana, ni aún su propia vida no merece ser Mi discípulo porque Dios quiere que tú participes de Su santidad, subraya eso. La razón por la cual yo acepté a Cristo es para participar de la santidad de Dios. La razón por la cual yo estoy en el Evangelio es para ser como Dios, reflejarlo a Él; Su carácter, Su belleza, Su santidad, Su pureza, Su amor, misericordia. No es más nada.

Si Dios me hace feliz en el proceso qué bueno, esa es la ñapa y le voy a dar gracias pero esa no es la razón por la cual yo lo sirvo a Él. Yo quiero ser más como Cristo. Pídele eso al Señor: Señor hazme más como Cristo. No me hagas feliz, hazme más como Cristo.

"Es verdad que ninguna disciplina parece ser causa de gozo sino de tristeza pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados." De paso hay un himno que dice: Haz lo que quieras de mí Señor, Marlene: ¿está ese himno por ahí? no sé si está ese himno ¿lo pueden conseguir? I think we have it, creo que lo tenemos. Haz lo que quieras de mí Señor, Tú el alfarero, yo el barro soy. Miren a ver si lo consiguen, es un himno precioso y quizá podemos cantar un par de, siempre estoy buscando razones para cantar himnos.

"Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo sino de tristeza, pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados." ¿Ve lo que digo una y otra vez? El principio es duro en el Evangelio pero el final es maravilloso, el gozo puesto delante de nosotros. El fruto apacible de justicia.

Hay mucha gente que está contentos pero no son felices, son populares pero se sienten solitarios, son saludables pero están enfermos del alma, tienen mucho dinero pero son pordioseros porque no han pasado por el proceso de perder muchas de esas cosas para tener ese fruto dulce y apacible. Hay mucha gente que tiene una casa inmensa y mucho dinero, y muchas cosas pero no pueden dormir tranquilos; tienen que tomarse diez pastillas, porque no han experimentado ese fruto dulce y apacible.

Cuando tú te dejas tratar por el Señor y dejas que Dios te corte todas esas porquerías que están en ti que te dan gusto, te dan placer pero no te dan felicidad, no te dan paz, no te dan quietud, cuando el Señor te trata y te pule, y te poda produce un fruto dulce y apacible. Eso es lo que yo quiero.

¿De qué me sirve a mí tener cosas que lo que hacen es que me hincan y me dan dolor? eso no es bueno y la gente está dispuesta a hacer eso, así que vamos a pedirle al Señor que trate con nosotros. Si hay algo en tu vida en este momento que tú sabes que te está siendo obstáculo entrégaselo al Señor en este momento, baja tu cabeza ahora mismo. Baja tu cabeza un momentito, Dios te está hablando, Dios me está hablando y yo quiero llamarte a entregarle todo al Señor. Dios quiere formarte, Dios quiere hacerte como Su hijo, Dios quiere que tú participes de Su santidad.

Por favor dile: Señor trata conmigo, con temor y temblor te digo: trata conmigo. Púleme, pódame, córtame, quémame. Haz cirugía en mí, transfórmame, disciplíname, te firmo la carta. Fírmale al Señor esa carta en blanco ahora mismo, fírmasela y entrégasela. Señor con temor y temblor te digo: haz lo que quieras de mí. Yo te rindo mi futuro, te rindo mis sueños, te rindo mis ambiciones, te rindo mi carácter. Te rindo mi familia, te rindo mi dinero, te rindo mi deseo de retirarme en tal sitio, todo. Haz solamente lo que Tú quieras de mí, trata conmigo.

Hoy te entrego todo, hoy quito los amarres, quito las precondiciones. Hoy quito todo requisito para servirte, te voy a servir solamente a Ti Señor por Ti, por lo que Tú eres y por lo que Tú deseas de mi vida. Te entrego todo Señor, lo pongo a Tus Pies. Entrégaselo al Señor, entrégaselo; ponlo ahí a los Pies del Señor.

Padre: te entrego mi vida. Gracias por ordenar mis pensamientos y enseñarme lo que verdaderamente importa, lo que tiene prioridad, lo que es primero, lo que es importante: tenerte a Ti, conocerte a Ti, participar de Tus padecimientos y de Tu Gloria. Ser santos como Tú, traer a otros al conocimiento de Cristo, ser útiles en el Reino de Dios Señor eso es lo que queremos hacer. Haz lo que Tú tengas que hacer en nuestras vidas para que podamos alcanzar esa meta Señor en esta mañana. Créate una Iglesia tratada por Ti verdaderamente que conozca el por qué de servirte. Te entregamos todo Señor.

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El sacrificio que lleva a gran ganancia

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Vamos a la Palabra de Dios hermanos y vamos a continuar con nuestro sermón que iniciamos el domingo pasado sobre el costo de seguir a Jesús, el costo del discipulado y quiero seguir enfatizando esta dimensión de sacrificio que lleva a gran ganancia y de lo imprescindible que es que nosotros entendamos en qué consiste el llamado de Cristo exactamente y qué es lo que nosotros abrazamos cuando entregamos nuestras vidas al Señor cuando entramos en el camino del Evangelio.

A manera de resumen y también de reforzar lo que hemos aprendido, estábamos hablando de que muchas veces en la sociedad en que vivimos, en este siglo XXI y en esta cultura sobre todo en el norte en Estados Unidos y en Europa, como que el Evangelio está experimentando una evolución y no necesariamente hacia lo mejor, donde muchas veces no se está enfatizando la verdadera naturaleza de la vida cristiana que es una vida que incluye sacrificios, incluye la cruz; no solamente para nuestro paladín, nuestro prototipo que es Cristo Jesús sino también para nosotros. De ahí lo que el Señor dijo ¿no? "Si alguno quiere ser mi discípulo tome su cruz cada día y sígame."

Hablábamos acerca de que el Señor, a diferencia de quizás muchos de nosotros no estaba totalmente contento con toda la gente que lo estaba siguiendo. En el tiempo de Su mayor popularidad, cuando grandes multitudes lo seguían, hay un pasaje que nos muestra que el Señor se volteó hacia esa gran multitud y les aclaró implícitamente que ellos necesitaban plantearse por qué lo estaban siguiendo y que no era por lo que Él podía hacer por ellos. No era por los panes y los peces que Él había multiplicado, no era por regresar a Israel a su antigua prominencia política, no era porque el Señor podía sanar sus enfermedades o libertarlos de los demonios que los oprimían; sanarlos de la pobreza, todo eso era cierto y Él lo había hecho y lo continuaría haciendo y lo continúa haciendo.

Pero esas son cosas accesorias, son cosas adicionales. Son beneficios adicionales de la vida cristiana pero no es el centro de la vida cristiana ni es aquéllo por lo cual debemos buscar a Jesús.

El hermano Gonzalo durante el devocional decía que: ¿qué pasa cuando nos diagnostican una enfermedad? ¿qué pasa cuando perdemos la casa? ¿qué pasa cuando perdemos el trabajo? ¿qué pasa cuando nuestro matrimonio no va exactamente como quisiéramos que fuera? ¿qué pasa cuando tenemos un jefe que no nos trata bien? cuando chocamos el carro, cuando no tenemos dinero para pagar el alquiler. Cuando vamos al supermercado y buscamos para pagar, descubrimos que no tenemos todo el dinero para pagar la compra.

¿Qué pasa en esos momentos? ¿podemos nosotros entonces también adorar al Señor, adorarlo, glorificarlo, sentirnos que estamos todavía en el centro de Su Voluntad? ¿podemos todavía experimentar el gozo en el cristianismo? porque ya se ha dado en nosotros una toma de consciencia de que eso no es verdaderamente lo que nos garantiza el amor de Dios, que hay otras cosas que son más importantes. Que podemos decir como dice el escritor de Habacuc que: "Aunque la higuera no florezca, aunque no haya vides en los campos, aunque no haya vacas en las majadas" aunque los billes no estén todos pagos "con todo nos gozaremos en el Señor."

Yo recuerdo mi mamá cuando yo era muy chiquito allá en República Dominicana, que ella decía: "Mira cuando no hay nada en la cocina para cocinar pues yo me siento contenta en un sentido porque entonces me puedo dedicar a adorar más al Señor y alabarlo más." Y de paso: cuando el Señor vino a nuestra familia todo cambió completamente. Vino la bendición, vino la provisión; pero primero mi mamá tuvo que entender que eso no era la razón por la cual servir al Señor, que hay otras cosas más importantes.

Y lo interesante es que cuando se da en nosotros esa entrega de nuestro ser total, que sabemos que vamos a servir al Señor llueva, truene o ventee, haya mucho o haya poco, la despensa esté llena o esté vacía, tengamos gran salud o no, entonces el Señor dice: ¿sabes qué? ahora te voy a bendecir, ahora te voy a proveer, ahora te voy a dar.

Porque irónicamente muchas veces en la vida cristiana no es hasta que nosotros nos despojamos de las cosas que las cosas comienzan a venir a nosotros. Muchas veces el Señor nos tiene que destetar, por usar esa palabra ¿no? de la dependencia, de las cosas materiales y entender por qué es que nosotros lo servimos y aprender a verlo a Él como el centro, y eso sólo llega cuando hemos pasado verdaderamente por un proceso de crucifixión. No sé si ¿me pueden ayudar, Javier allá arriba? algo estoy oyendo allá arriba que no está completamente bien, algún hueco allí. No sé si ustedes lo oyen allá pero yo sí lo oigo completamente bien.

Entonces hermanos ¿cómo se puede dar eso, cómo se da ese proceso en nuestra vida de poder llegar a ese punto en que nos independizamos de las cosas materiales? y eso sólo puede llegar cuando nosotros hemos pasado por un proceso, y Dios muchas veces nos va a pasar por eso. Es un proceso en que Dios va a ponernos en tiempos de sequía y de esterilidad en que nos van a faltar muchas cosas para entonces nosotros aprender que no nos morimos sin esas cosas.

Cuando el Señor nos despega de esas cosas y entonces podemos entender que nuestra vida no depende de eso, como dice el Señor Jesucristo que el hombre no depende de la comida, del pan y del vestido; la vida no consiste en esas cosas sino en toda Palabra que sale de la boca de Dios y Dios quiere pasarnos por ese proceso. Javier, todavía no está bien, por favor ayúdenme en eso porque me distrae, perdona. Soy un poquito obsesivo-compulsivo, sí, está prendido; no sé si esto será el problema. No, no creo, está bien.

¿Ustedes recuerdan el pasaje de Deuteronomio donde el Señor le dice a los hebreos que se recuerden el camino por donde pasaron en el desierto? Estuvieron cuarenta años en el desierto y Dios los mantuvo sólo prácticamente con el maná, y Él les dijo: Yo los pasé por eso para disciplinarlos, para que entendieran que no sólo de pan vivirá el hombre, para que ustedes se desprendieran del amor a las cosas materiales y ahora Yo los voy a entrar en una tierra que fluye leche y miel, y ahora les voy a dar todo lo que ustedes necesitan. Pero primero Dios tiene que pasarnos por ese proceso.

Y eso es lo que quiere que aprendamos cuando entramos a los caminos del Evangelio, y por eso es que Dios tiene que crucificarnos, Dios tiene que quebrantarnos para llegar a ese punto de nuestra vida. Y por eso es que mucho del Evangelio habla de eso, de dejarlo todo para encontrar a Jesucristo.

Hablamos de todos estos pasajes ¿no? donde una y otra vez, cuando estas grandes multitudes seguían al Señor Él les dijo: Hey, si ustedes no aborrecen a su padre y a su madre, a mujer e hijos y hermanos y aún a su propia vida no pueden ser Mis discípulos. Cuando llamó a Pedro y a sus compañeros dice la Biblia que ellos dejaron en tierra sus barcas, lo que era la esencia misma de su supervivencia. Dice que: "Dejándolo todo le siguieron." Cuando el Señor sanó a Bartimeo el ciego, dice que: "Bartimeo dejó su capa y siguió al Señor." Entonces ese es el llamado radical.

Cuando llamó a Leví, dice que Leví estaba atendiendo en la mesa de las colectas de los impuestos y a las rentas internas, y cuando Él llamó a Leví y le dijo: "Ven y sígueme" y Leví dejó, dice: "Dejándolo todo se levantó y le siguió." Y Leví entonces dijo que le hizo un gran banquete en la casa de él, y en ese banquete él invitó a todos sus amigos, lo que nosotros tenemos que estar haciendo en nuestras vidas, invitó a todos sus amigos, toda la gente pecadora de la ciudad y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos. Leví dejó su profesión, invitó a todos sus amigos y entonces se convirtió en un evangelista y en un seguidor de Jesucristo.

En Marcos capítulo 8 dice que: "Jesús llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo: Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame; porque todo el que quiera salvar su vida la perderá y todo el que pierda su vida por causa de Mí y del Evangelio la salvará."

Hay otro pasaje del cual leímos donde el Señor llama a una persona en el camino y este hombre dice: Señor yo te voy a seguir donde quiera que tú vayas pero él no entendía algo y es que, el Señor en realidad no tenía un solo lugar a dónde ir, Su vida era itinerante y el Señor le advirtió, le dijo: "Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo tienen nidos, mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza."

¿Estamos dispuestos nosotros a seguir al Señor donde quiera que Él nos vaya a llevar? ¿estamos dispuestos nosotros a acompañar a Jesús en Su camino a través de la Tierra? ¿estamos dispuestos a nosotros a seguir a Cristo cuando Él nos lleva a un vecindario peligroso por ejemplo para proclamar Su Palabra?

Yo les he dicho antes que cuando Dios nos llamó aquí a esta parte de la ciudad, nosotros teníamos un antiguo edificio que nos habían regalado en la ciudad de Cambridge, en el área de Cambridge Port, un área muy linda de la ciudad clase media, media-alta. Y el Señor nos entregó ese edificio completamente gratis y nosotros estábamos allí muy tranquilitos, muy bonita el área, muy decente. Pero el Señor me deparó un llamado para venir aquí a esta parte de la ciudad y dejar ese lugar que estaba tan cómodo para nosotros, no teníamos que pagar un centavo, el edificio nos lo habían regalado.

Y nos llamó a una parte tremendamente peligrosa de la ciudad porque ahí es donde Él iba, ahí es donde Él quería estar aquí en esta área, el Espíritu Santo quería establecer un lugar aquí. Y la pregunta que nosotros nos tuvimos que hacer en ese momento: Señor ¿qué hacemos nos quedamos aquí? como dijo Pedro: Hagamos tres tiendas, estamos cómodos aquí; aquí está la Presencia del Señor, aquí está la visión, aquí está el gozo del Señor ¿por qué no nos quedamos Señor aquí en la cima? y el Señor dijo: No, no, tenemos que bajar. Ahí hay gente que necesita de Mí.

Y entonces el Señor nos trajo a este lugar. Y así es que muchas veces nosotros tenemos que preguntarnos: Señor ¿dónde Tú quieres que yo vaya, dónde Tú quieres que te siga? Porque el Espíritu Santo se mueve por donde Él quiere y Él necesita gente con un corazón misionero que estén dispuestos a perderlo todo para que Él los pueda usar y cada uno de nosotros tiene que ser como un, yo voy a decir: un terrorista pero es un terrorista bueno, no malo.

Yo recuerdo una vez que me invitaron a predicar a una graduación de jovencitos high school en una Iglesia cristiana y yo creo que fui demasiado pesado, yo creo que, esa parte mía y yo les hablé de ser terroristas y de Jesús como el mayor terrorista de todos los siglos y eso parece que no les gustó a algunos; otros sí lo recibieron muy bien, pero aclaré, pero es que comparar a la Iglesia o a Jesucristo con un terrorista a mucha gente le rechinan los dientes cuando escucha eso.

Pero en un sentido sí porque esos terroristas, estos suicidas están dispuestos a perder la vida por su causa y a inmolarse para destrucción y para ser usados por el diablo. Bueno nosotros somos suicidas pero somos para Cristo y nosotros perdemos nuestra vida pero la ganamos, nosotros morimos pero resucitamos en Cristo Jesús.

A esos terroristas se les enseña a despreciar su vida, despreciarla completamente. Y tengo entendido que parte del entrenamiento para un terrorista de esos que se va a suicidar en una bomba de esas que va a explotar es que lo meten en un ataúd y cierran el ataúd, y lo bajan en una tumba real, y lo tienen allí por un tiempo para que él vaya pasando por el proceso mental, cerebral de verse muerto para ayudarlo a prepararse para la muerte que ha de venir.

¿Y sabe qué hermano? que nosotros tenemos que hacer algo así no tan tétrico ni tan lúgubre, pero en un sentido el Señor Jesús quiere que pasemos por un proceso de morir nosotros también a todo lo que nosotros amamos y consideramos valioso para poder entonces entrar en lo que Cristo quiere que nosotros entremos, para poder experimentar el gozo del Señor, para poder ser usados por Dios.

Dios no puede llenar a nadie que primero esté vacío. Dios no puede usar a nadie que no esté dispuesto a ir a donde el Señor le guíe aunque sean los lugares menos agradables del mundo. Pero ¿sabes qué? lo maravilloso es que, dice la Biblia, que cuando tú estás dispuesto a pagar el precio del discipulado, cuando tú estás dispuesto a morir como Cristo murió a todos Sus privilegios, prerrogativas y derechos, entonces es cuando tú verdaderamente encuentras tu vida. Cuando tú experimentas el gozo del Señor, cuando tú experimentas la dignidad a la cual Dios quiere llevarte, y ese es el proceso.

Jesús dijo, miren en Juan capítulo 12 versículo 23, una de mis imágenes favoritas: el grano de trigo. Dice que: "Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado" ¿a qué se estaba refiriendo Jesucristo cuando decía que había llegado la hora para que Él fuera glorificado, hm? ¿Se estaba refiriendo a que lo iban a venir a buscar con una carroza real y que lo iban a llevar con bombas y platillos al palacio de la ciudad? No, se estaba refiriendo a que lo iban a llevar a la cruz pero Él lo veía como Su glorificación, el momento para Él ser glorificado. En la cruz Él iba a ser glorificado.

Paradójicamente en el momento de mayor pérdida era cuando el Señor iba a verdaderamente encontrar toda Su gloria e iba a hacer allí en la cruz la mayor hazaña que jamás haya hecho alguien que fue, dice: derrotar a los principados y las potestades, anular los decretos que nosotros teníamos contra nosotros, el diablo siempre acusándonos, no teníamos a alguien que nos defendiera, exhibir públicamente y avergonzar públicamente los poderes demoníacos, alcanzar salvación para todos nosotros, toda la humanidad que se entregara a Cristo iba a poder ser salva por medio de Su cruz y todo eso lo hizo posible el sacrificio que Él asumió sobre Su Persona.

Por eso Él decía: Ha llegado el momento para que Yo sea glorificado y entonces añadió, refiriéndose implícitamente a esa dinámica paradójica y contradictoria de glorificación por medio de la humillación, Él dijo: "De cierto, de cierto os digo que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere queda solo, pero si muere lleva mucho fruto." Ese es un versículo que todos nosotros debemos aprenderlo de memoria.

¿Quién es el grano de trigo? el grano de trigo no, el grano de trigo eres tú y soy yo. Yo soy el grano de trigo y tú eres el grano de trigo. ¿Qué pasa con un grano de trigo? usted con un grano de trigo, vamos a usar algo más conocido por nosotros, un gran de frejol digamos, habichuelas para los caribeños.

Si ese grano no se mete a la tierra y se siembra, si esa semilla ¿qué pasa con una semilla cuando entra a la tierra? el agricultor la mete hondo. Por eso es que los agricultores abren trillos en la tierra, porque si la semilla se queda solamente en la superficie no se da el proceso que tiene que darse. No, la semilla tiene que ser metida hondo dentro de la tierra, ahí está el primer símbolo de muerte. Si el grano de trigo no cae a tierra queda solo.

Ahora ¿qué pasa cuando una semilla es entrada en lo profundo de la tierra? Se inicia un proceso de muerte para esa semilla. Esa semilla comienza a interactuar con la humedad de la tierra, con los ácidos que hay en la tierra y comienza a podrirse la corteza, esa parte dura de la semilla, comienza a ser suavizada por los elementos de la tierra y va rompiéndose, porque si no se rompe eso ¿qué pasa? lo que está dentro, la riqueza de ese grano que está adentro ¿no? la corteza es para proteger la vida de adentro.

Es como el cráneo que protege el precioso cerebro que está dentro de ti, la corteza es eso. Y podemos decir que así es nuestra vida también. ¿Sabe hermano que nosotros nos enamoramos tanto de la corteza que nos olvidamos que eso no es lo que importa, lo que importa es lo que está adentro, el espíritu?

La corteza es tu cuerpo, la corteza es tu juventud, la corteza es tu belleza, la corteza es tu dinero, la corteza es tu casa, la corteza es tu trabajo, la corteza es tu profesión; todas esas cosas son simplemente cosas adicionales, son accesorios a la vida que está dentro de ti. Y nosotros nos enamoramos muchas veces de la corteza.

La joven se enamora de su belleza, el joven se enamora de su hombría falsa, el profesional se enamora de su salario de $250.000 dólares al año y de su BMW que cambia cada año y de los buenos bistecs que se come tres, cuatro veces a la semana y que se lo carga la compañía inclusive porque tiene una cuenta de gastos. Y entonces se proclama demasiado ocupado para ir a la Iglesia, para servir al Señor y en la corporación le dicen: mira, te estamos pagando mucho dinero, no se lo dicen así pero lo que le están diciendo es que: pero tienes que vender tu alma a la compañía, tienes que trabajar ochenta, cien horas si es necesario, tienes que descuidar a tu familia, no tienes tiempo para ir a la Iglesia y para servir al Señor; no puedes pasar tiempo orando, buscando de la Palabra, yendo a un retiro porque ese dinero que nosotros te pagamos tú tienes que retornárnoslo entregando tu vida para la compañía. Y si la compañía te dice que hagas algo no ético y mientas en los anuncios que damos o los productos que ofrecemos no importa.

Miren hermanos déjenme ponerme aquí autobiográfico un momentito. Yo compré un carro esta semana, gloria a Dios, un carrito pequeño, está de lo más bonito ahí, ya el mío me daba vergüenza ahí con todo el ruido que hacía cuando los hermanos me recibían allí a veces por la mañana. Pero ¿sabe que? cuando usted va, y de paso si hay alguien aquí que vende carros, no me refiero a usted; yo sé que usted es un cristiano serio y que no hace nada de eso pero óiganme hermanos a veces meterse en las manos de un vendedor de carros que sabe lo que está haciendo, eso usted encomiende su alma al Señor ¿sabe? porque hay treinta o cuarenta maneras en que ellos pueden siempre atraparlo en algo.

Oh sí te vamos a dar los vidrios ahumados pero te sacan el radio con seis bocinas y te dan otro carro y no te dicen que eso iba con el otro carro. Es decir es infinito el número de posibilidades en que ellos te pueden. Así es mucho del mundo corporativo de esta nación, está diseñado para atrapar al consumidor, para venderle cosas que no quiere, que no necesita, productos que no valen la pena para engañar a la gente en muchas maneras ¿y quiénes son los que tienen que hacer esas cosas?

Son los empleados y son cristianos muchos de ellos desgraciadamente. De nuevo no es que estemos tampoco súper, súper espirituales pero lo que les quiero decir es que el mundo es así, el mundo te pide, y yo creo que nosotros tenemos que caminar en el mundo livianamente. No podemos comprometernos tanto con el mundo que el mundo dicte lo que nosotros seamos y hagamos. Hay ciertos compromisos que hay que hacer, hay ciertas cosas pero tenemos que tener los ojos bien abiertos porque el mundo te va a pedir tu alma y el mundo te va a ofrecer una serie de cosas brillosas, atractivas, adictivas para que tú le vendas tu alma y las trampas que el diablo tiene son infinitas.

Y nosotros los hijos de Dios no podemos enamorarnos de esas cosas, eso es parte de la corteza. Lo que yo soy dentro de mí es mi espíritu, eso es eterno. Lo que vale la pena es mi relación con Dios, lo que vale la pena es lo que yo puedo hacer en este mundo en el Evangelio. Lo que vale la pena es lo que yo puedo invertir para gloria eterna.

La Biblia eterna dice que creemos riqueza en los cielos, no en la Tierra. ¿Cuántos de nosotros hemos pasado por el proceso de transformación que se requiere para verdaderamente saber dónde están nuestras prioridades?

Eso no quiere decir joven, adulto que estás trabajando para una corporación o que te estás preparando en un programa de administración de empresas o que tienes sanas ambiciones de logros, eso no quiere decir que tú hagas un voto de pobreza y andes por la calle mendigando, no. Pero quiere decir que tú tienes que tener tu prioridades bien establecidas, que lo primero es servir al Señor, darle al Señor lo mejor de ti mismo.

La Biblia dice que los ojos del Señor contemplan toda la Tierra para descubrir a aquéllos que son de corazón perfecto para con Él para mostrarse a favor de ellos. Y muchas veces para llegar a ese punto de convicción y de establecer las prioridades correctas tenemos que decirle al Señor: Señor pásame a través de un proceso de que yo pueda ir despegándome del apego a las cosas materiales de este mundo. Crucifícame, corta las conexiones entre el mundo y yo para que entonces yo pueda caminar correctamente, para que yo pueda entender qué es corteza y qué es grano, qué es cáscara y qué es esencia.

Y de nuevo: eso es lo que el Señor está diciendo acá, volviendo a la metáfora que el Señor usa: Si el grano de trigo no cae a tierra, mantengámonos ahí en esa imagen. Cuando el grano cae, como les decía, comienza un proceso de putrefacción, de decaimiento de la corteza exterior, entonces voy a darle otra vuelta más a eso porque el Señor me aclara de nuevo.

¿Saben muchos de ustedes? porque yo les hablo por experiencia personal, el Señor tiene que muchas veces debilitarte y tienes que pasar por sufrimientos y pruebas como el grano de trigo, cuando la tierra está actuando, cuando la tierra está actuando, la humedad está actuando, los químicos de la tierra, las sales, los ácidos de la tierra están destruyendo la parte de afuera eso es análogo a cuando nosotros estamos pasando por diferentes situaciones en nuestra vida.

Y nosotros creemos que wow, esa casa. Si yo pierdo esta casa me voy a morir, si yo pierdo este novio me voy a partir en pedazos, no voy a poder vivir y el Señor dice: ¿sabes qué? te lo voy a quitar para ver qué pasa. El grano de trigo, la corteza se está quebrantando, se está rompiendo.

Y no es que el Señor es cruel, es que el Señor nos ama tanto que Él está dispuesto a pasarnos por la disciplina de un hijo de Dios y ¿sabe que a la gloria del Reino de Dios se llega a través de muchas luchas y padecimientos? No es que Dios es cruel. Es que un día cuando nosotros estemos en el cielo entenderemos cuan poco importantes eran las cosas que nosotros en este mundo consideramos imprescindibles.

Dice el apóstol Pablo que cuando estemos en el cielo conoceremos como somos conocidos, veremos la realidad tal y como es. ¿Tú sabes que? mucha gente se preocupa: bueno, mis hijos cuando yo me muera ¿qué va a ser de ellos? Mira cuando tú te mueras tus hijos no te van a preocupar más. Tú los vas a ver desde el cielo posiblemente y vas a entender que lo que ellos están pasando es parte de un plan glorioso que Dios tiene, que ellos van a tener que pasar por sus propias luchas y sus propias tribulaciones como tú pasaste por ellas y así como tú sobreviviste ellos también van a sobrevivir, y las oraciones que tú dejaste aquí invertidas y las cosas que tú invertiste en el Reino de Dios los van a bendecir y los van a perseguir dice la Palabra: "Hasta la tercera y cuarta generación."

Se me ocurrió un buen título para un merengue, se lo voy a sugerir a Juan Luis Guerra si algún día: en el cielo no hay gente deprimida. Porque cuando la gente en el cielo mira a este mundo entiende que todo lo que pasa en este mundo, todo, todo; un niño que se muere prematuramente en el vientre de su madre, un joven que un carro lo golpea en la calle y muere, un volcán que eructa y mueren 100.000 personas, mire hermano: a la luz de la eternidad todo tiene sentido. Todo en última instancia refleja el amor, la gracia, el poder, el control, la gloria de Dios, todo, todo aún lo que nosotros no podemos entender.

Toda la existencia es un tejido misterioso de cosas buenas y aparentemente malas pero a la luz de la eternidad todo tiene absoluta coherencia, a la luz del control de Dios sobre todo lo que pasa en este mundo todo tiene significado, todo refleja la bondad y el control de Dios.

El diablo no puede ganar ni una sola batalla. Mire: el diablo creyó que cuando estaba subiendo a Cristo a la cruz iba a ganar y no sabía que lo que estaba haciendo era la derrota más grande que él iba a recibir. El diablo está condenado a hacer siempre la Voluntad de Dios. El diablo es un instrumento que Dios usa para poder hacer lo que Él quiere en este mundo ¿sabe? En última instancia Satanás es el perro de Dios por así decirlo, sinceramente.

Me cubro con la sangre de Cristo cuando digo eso porque en realidad es simplemente un instrumento que Él usa para llevar a cabo. No es como que un día Él se levantó y dijo: ¡oh! creé algo, Satanás. No, Él sabía lo que iba a pasar en este mundo pero Él usa este poder para ciertas cosas.

Pero cuando nosotros estemos en el cielo, cada uno de nosotros aunque tú dejes, esto lo digo si hay alguien que está preocupado: cuando yo me vaya ¿qué va a ser de mis hijos? Mira, cuando tú pases por las puertas del cielo en ese mismo instante ya no hay preocupación para ti. No hay temores, no hay nada, tú vas a entenderlo todo claramente, tú vas a saber el por qué de las cosas, tú vas a saber que sí, aunque tus hijos pasen por tribulaciones, aunque en el mundo haya guerra y todo esto, no estés deprimido; celebra, si tú estás en Cristo para ti no hay condenación, para ti no hay muerte, para ti no hay tristeza, para ti hay solo gozo, celebración.

Lo que tú consideras tan importante en este mundo Dios te lo quita pero es para tu bien y para tu bendición. Dios lo que quiere es enseñarte que tú, verdaderamente no hay nada que tú necesites de este mundo prácticamente, que lo único que tú necesitas es a Él. Si tú lo tienes a Él tú lo tienes todo lo demás con Él.

Y yo he aprendido que muchas de las cosas por las cuales nosotros pasamos, los sinsabores, las crisis, las luchas de la vida, si nosotros estamos en Cristo y le hemos pedido al Señor que tome control de nuestra vida, todo eso es simplemente diseñado para el entrenamiento de un hijo de Dios. Dios te pasa a través de estos procesos para quebrantarte, para debilitarte y a eso es a lo que venía originalmente; que muchos de nosotros vamos a tener que ser debilitados.

Hay muchos hombres que van a tener que perder esa fuerza extra que tienen, esa hombría, esa testosterona extra que les está dando problemas en su vida. Hay muchas mujeres que van a tener que perder quizás esa belleza carnal que hay en ellas y convertirse en siervas verdaderas de Dios. Hay jóvenes que están llenos de inseguridades y otras cosas y Dios los va a tener que pasar por pruebas para que entonces lleguen a un punto de humildad y de entrega verdaderamente de su vida para entonces el Señor poder hacer de ellos grandes profesionales, grandes siervos de Dios, hombres sabios y entendidos, gente verdaderamente poderosa en el Señor.

Pero hay que pasar por el trapiche, hay que pasar por el proceso de la crucifixión. El grano de trigo tiene que caer a tierra, el grano de trigo tiene que caer por un proceso de deterioro. No hay vida si no hay deterioro primero. ¿Qué mujer ha dado a luz sin que su vientre se deforme? ¿y qué mujer después de dar a luz ha vuelto totalmente a la misma sutileza y agilidad que tenía antes? siempre alguien para un precio por la vida, siempre hay dolor, siempre hay incomodidad; siempre hay un grado de fealdad en toda producción de vida.

Y así mismo pasa con nosotros. Si nosotros queremos crecer en los caminos del Señor, si nosotros queremos llegar a ser gente verdaderamente poderosa y alegre, y gozosa en el Señor primero Dios tiene que tomar una cuchilla y comenzar a cortar cosas de nosotros porque esta carne es impura y la carne no agrada a Dios, y no puede entrar al Reino de los cielos.

Hasta que nosotros no llegamos a este punto de decir: bueno Señor Tú sabrás lo que haces, aquí te doy una carta firmada, quítame lo que Tú quieras y deja tan sólo lo que a Ti te plazca de mi vida, hasta que no pasamos por ese proceso. Porque si tú quieres ser verdaderamente un hombre, una mujer de Dios, prepárate porque Dios no crea guerreros si no los pone a través del campo de guerra y entrenamiento en su vida.

Y por eso es que cuando tú vienes al Reino de Dios, cuando tú entras al Evangelio tú tienes que saber que no vienes solamente a bailar y a pasar una fiesta todo el tiempo, y que todo te va a ir bien desde ese día, no va a haber nada; no, vas a pasar por esfuerzos y ejercicios espirituales porque Dios va a crear un hombre, una mujer poderosa y es de esa manera que tú llegas a ser todo lo que Dios quiere que tú seas y puedes apreciar las cosas del Evangelio.

Entonces volviendo a la imagen, el grano de trigo cae a la tierra, comienza el proceso de quebrantamiento, de debilitamiento. Hay cosas que Dios te va a quitar, cosas muy amadas, cosas que tú verdaderamente adoras y que tú crees que sin esas cosas no puedes vivir. Son cosas preciosas para ti, parte de tu personalidad, tú amas esas cosas, te dan placer, te dan gusto y el Señor dice: eso es un impedimento así que te voy a poner a través de una serie de ejercicios.

Toda la vida cristiana si está viviéndose auténticamente y verdaderamente es un proceso de quebrantamiento gradual y paulatino, toda la vida. Si usted viene al Evangelio acostúmbrese a eso, no venga a un Evangelio falsamente fácil porque lo que van a estar haciendo es que le van a estar vendiendo un embeleco. Cualquier Iglesia que le diga que el Evangelio es solamente ganancia y buenas cosas, y bendición aparente, y dinero, progreso y, no. Hay crucifixión también, hay pruebas, hay ejercicios espirituales, hay el grano de trigo cayendo a tierra, muriendo.

Entonces Dios te pasa por ese proceso y dice la Biblia que si el grano de trigo no pasa por ese proceso de caer a la tierra y morir no puede dar fruto. Cuando la corteza: todo lo que tú amas, todo lo que tú consideras importante, bello, cuando la corteza se comienza a quebrantar por las grietas que abre la cáscara cuando se abre por ahí comienza a subir algo que es la vida que está dentro de la corteza.

Por eso es que usted ve muchas veces, el grano de trigo se mete a tierra y pasan días y usted cree que no está pasando nada, no se ve nada. Pero un día usted ve una cosita verde, transparente casi, delicada, es la vida que estaba metida dentro de la corteza. Y así pasa con nosotros.

Y todo depende de cómo reaccionas a las pruebas, a las luchas, a los sufrimientos, a las pérdidas de la vida. Tú tienes dos opciones cuando pasas por una prueba, una dificultad. O te amargas o te haces más fuerte y más bello. ¿Cómo se amarga uno? se amarga uno rebelándose contra Dios cuando Dios te quita algo que tú amas. Te amargas, te debilitas cuando rehúsas ver lo que Dios está haciendo a través de eso, cuando te niegas a moldearte y besar la mano del que te ha abofeteado, cuando levantas la cabeza en rebeldía y le dices a Dios: me vendiste una falsedad, no te quiero. Cuando gritas, te deprimes, te rebelas, pateas contra Dios, te amargas, cuestionas; entonces el trato de Dios se convierte en un aguijón para tu vida.

Dice la Biblia: "Dura cosa es dar patadas contra un clavo." ¿Cómo se fortalece uno? cuando tú mansamente aceptas la disciplina de Dios y dentro de tu dolor y tu natural lucha tú sabes: bueno ahora estoy pasando esto pero en algún momento voy a tener que volver a donde mi Papá, inclinarme delante de Él y besarle la Mano y decirle: hágase Tu Voluntad y no la mía. Me diste un golpe y todavía estoy sin aliento pero te amo y te voy a servir de alguna manera.

¿Sabe qué? que hay momentos así que uno recibe un golpe muy grande en su vida y es natural que uno se sienta adolorido y se sienta a veces hasta molesto con Dios, pero dentro de usted tiene que llegar el punto en que usted diga: sí pero tarde o temprano voy a tener que volver donde mi Papá y le voy a tener que dar un beso. Cuando se me pase la perreta voy a tener que volver donde Él y bendecirlo.

Está bien, puede haber tiempo, es natural que la carne se duela. El grano de trigo si pudiera gritar y tuviera consciencia como nosotros gritaría cuando se está rompiendo su corteza, pero tarde o temprano nosotros tenemos que entender: no, esto es parte del proceso de Dios. Esta vida no es nada, esto es un espejismo. El dinero se va, la belleza se va, el vigor de la juventud se va. Tarde o temprano terminamos en la vejez y en la tumba, ese es el destino de todo ser humano.

Las cosas en este mundo se deterioran, desde el momento que salen de la tienda ya comienza el deterioro y todos nosotros pasamos. Entonces yo creo que el cristiano tiene que llegar a ese punto donde entienda que todo en este mundo es una contingencia, es simplemente un accesorio. No se enamore de nada, no se apegue de nada porque si Dios se lo pide usted está obligado a dárselo porque es para su bien, es para su bendición y eso es parte de su crecimiento, eso es parte de la plataforma que usted necesita para su futura glorificación.

Eso es parte de la cruz que usted tiene que pasar como la pasó su Maestro también. Usted no es mejor que su Maestro. El Señor dijo: "Si esto lo hacen con el árbol verde qué no harán con el árbol seco." El Señor dijo: Si esto Yo lo tengo que pasar qué no tendrán ustedes que pasar.

Hermano: si tú vienes al Evangelio entiende que ese es el llamado de Jesucristo. Entonces el Señor dice: si el grano de tierra no cae a tierra y muere, y pasa por el proceso de perder las cosas que le gustan, de perder su corteza tan linda, de perder esa cualidad de estar enterito y bonito y que uno puede coger algún tissue y brillar ese grano de haba o de trigo, sí qué bonito y brilloso. Si el grano de trigo no está dispuesto a verse feo y deteriorarse, y verse feo lo que está adentro que es la vida no puede salir.

¿Y saben qué hermanos? que la cosa más maravillosa es cuando un hombre, una mujer mientras se bebe sus lágrimas comienza a sentir como que brota de dentro de él o ella algo diferente. Hay un amor diferente, hay un entendimiento de Dios diferente. Esta persona comienza a leer la Biblia y comienza entonces a entender cosas.

Lee los Salmos de David y ve a David sufriendo y siendo perseguido o arrepintiéndose de un pecado, de una caída y dice: wow, yo he estado allí, yo entiendo lo que está diciendo. Ven a Cristo decir: Llevar Mi yugo sobre vosotros y él entiende lo que quiere decir, tomen su cruz cada día y síganme, haya pues en vosotros el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, entiende una cantidad de cosas.

Piensa en Cristo y como él o ella ha pasado por su propia crucifixión entiende ese varón experimentado en quebrantos que es Jesús, entiende lo que es la crucifixión, lo que es el viernes, tres días debajo de la tierra como el grano de trigo y comienza a ver la Biblia de una manera muy diferente. Comienza a entender los valores de la humildad, la mansedumbre, el amor, la paciencia; esa persona que era tremendamente impaciente intolerante de los demás ahora como que está dispuesta a tolerar ofensas y a ser más gentil con las personas.

Esa persona que se creía la gran cosa en el mundo ahora sabe que: yo no soy nada, yo necesito la misericordia de Dios como cualquier otra persona. Nadie puede llegar a lo que es la madurez cristiana, a lo que la Biblia llama: El fruto del Espíritu Santo a menos que no sea a través de padecimientos, pruebas y dificultades. Y si no está dispuesto y preparado para hacerlo entonces no merece ser un discípulo de Jesucristo, no va a ser verdaderamente un hijo de Dios.

Dice la Palabra que: "¿Cómo puede amar un padre a su hijo si no lo disciplina antes?" dice la Biblia que Dios al que ama, disciplina. Si no lo disciplina es porque somos bastardos dice la Palabra. Si tú no estás experimentando en tu vida quebranto, dificultades, pruebas, esfuerzo mira preocúpate porque quizás eso quiere decir como que Dios quizás no está trabajando en tu vida.

Pero si Dios está trabajando en tu vida te va a estar entrenando fortaleciéndote como un atleta que se expone al ejercicio, se expone a la resistencia para que sus músculos se hagan más grandes, para que sus pulmones puedan tomar más aire. Hay que pasar por las pruebas, el grano de trigo tiene que caer a la tierra, tiene que morir. Tienes que entender que el Evangelio no es solamente aparentes triunfos y tienes que saber por qué sirves a Cristo, si lo sirves por los panes y los peces o porque Cristo es el tesoro más grande que un hombre, una mujer pueda tener y está dispuesto a darlo todo para tener eso.

Si el grano no cae a tierra y muere queda solo. Si lo único que tú haces es venir a la Iglesia hermano, hermana y pasar por un proceso superficial, si tú no te dejas tratar por Dios, si tú no estás entregando cosas que tú amas, si tú no estás padeciendo algún tipo de disciplinas y prueba, si no estás mejorando cada día, si no estás llorando lágrimas delante del Señor, si no estás orando, si no estás buscando de la Palabra, si no estás dejando malos hábitos, si Dios no está transformando tu mente, si no hay cambios en tu vida, si no estás pasando por diferentes procesos de entrenamiento, si no le estás entregando al Señor algo que tú amas.

Si la vida cristiana no es esfuerzo, si tú vienes a la Iglesia solamente cuando tienes ganas y cuando todo está bien, si tú le das solamente al Señor cuando tienes exceso no eres verdaderamente un discípulo, no está pasando lo que tiene que pasar en tu vida. El grano no está cayendo a tierra y está quedando solo, por eso tanta gente viene a la Iglesia y no experimenta el gozo del Señor.

Tanta gente viene a la Iglesia y la Palabra permanece cerrada, la abren y es como de plomo, escuchan los sermones y es como si les hablaran en chino. Dan vueltas en las mismas situaciones año tras año. Su vida es la misma, su matrimonio es el mismo, su carácter es el mismo, no cambian. Su vida de servicio al Señor es la misma, su condición de depresión y de insatisfacción es la misma, oran y Dios no oye, interceden y no ven respuesta. Nadie ha venido al conocimiento de Cristo por medio de una intervención de ellos, no han dado fruto.

¿Por qué? porque no hay muerto, porque no han caído a tierra, porque no han permitido que el Señor haga la Obra en sus vidas. Si el grano de trigo no cae a tierra y muere queda solo, paradójicamente cuando el grano de trigo muere, cuando hemos pasado por el proceso de trituramiento y crucifixión, disciplina, prueba, esfuerzo comenzamos a dar fruto. Viene el gozo del Señor, viene la paz, vienen las oraciones contestadas, viene el conocimiento de la Palabra, viene el amor por el Señor; viene inclusive la prosperidad, viene la provisión milagrosa, viene la multiplicación de esa vida.

La gente te busca, comienza a buscarte por un consejo. Misteriosamente la misma Palabra que tú decías antes que no hacía hueco en la gente la gente la escucha y es tocada. Dios te comienza a proveer oportunidades para servirlo porque el grano de trigo ha caído a tierra, está muriendo, la corteza se ha ido quebrantando, la vida cerrada en la corteza ha ido saliendo y la Biblia dice: "Pero si muere lleva mucho fruto." Si muere lleva mucho fruto.

Por eso es que yo le digo hermanos que, el costo del Evangelio, yo le decía a los hermanos esta mañana no es un costo verdadero, es una inversión porque en realidad la ganancia es después que tú pasas por el proceso de la crucifixión. La belleza y el gozo vienen después de la fealdad y de la tristeza.

El domingo de resurrección viene después del viernes de la crucifixión. El canto de los ángeles parados sobre la piedra que cubría la tumba y el gozo de los discípulos de saber que el Maestro ha resucitado, y de saber que todo lo que Él decía era verdad viene después de la noche desgastadora en el palacio de Herodes siendo abofeteado, siendo cuestionado, pasando una noche de desvelo y después cargando esa terrible y pesada cruz, y sintiendo el dolor de los clavos sobre las manos y los pies, y metiéndose en la cueva de la tumba por tres días, y yendo a los infiernos como dice la Palabra, ¿qué pasó allí? no lo sabemos.

Pero todo ese proceso de muerte es lo que da lugar al domingo de gloriosa resurrección donde María y Marta van y el ángel les dice: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? Cuando tú pases por tu propio proceso de entrega en tu vida van a decir: hey ¿por qué están buscando a fulanito en tal sitio o en tal lugar? no, él está vivo, él está haciendo la obra del Señor, está creciendo, está siendo bendecido.

Quiera el Señor hermanos, quiera el Señor hacernos entender este proceso. Estoy predicando estos sermones porque siento que el Señor está llamándonos a tomar consciencia de que la vida cristiana es una vida de pruebas, de tribulaciones, luchas pero también es la vida más gloriosa que usted se pueda imaginar pero primero usted tiene que perderlo todo para ganarlo todo, primero tiene que estar dispuesto a saber qué es importante y qué no es importante. Primero tiene que saber qué es corteza y qué es esencia. Primero tiene que saber que todo lo que Dios le quiera pedir nunca Dios le va a quitar nada porque Dios es cruel sino se lo va a quitar porque es para su bien y su bendición.

"Llevad Mi yugo sobre vosotros porque Mi yugo es liviano, ligera Mi carga." La idea es que el yugo del Señor es más liviano que el yugo que el diablo te puede poner pero hay que llevar el yugo del Señor porque es un entrenamiento, te fortalece, te bendice, te hace más liviano.

Vamos a pedirle al Señor que se apodere de nuestros corazones y de nuestras mentes. Yo quiero invitarles, invitarme a mí mismo en esta mañana, en esta tarde a decirle al Señor: Señor yo entiendo lo que es corteza, yo entiendo lo que es cáscara y lo que es esencia, y te entrego la cáscara y te entrego la esencia. Rompe mi corteza, rompe mi carne para que la vida que está dentro de mí, el Espíritu Santo que Tú has puesto dentro de mí pueda salir a través de la debilidad, a través de mi carne que se ha hecho transparente y frágil, y a medida que mi carne va decayendo mi espíritu se vaya fortaleciendo, para que Tú entonces puedas hacer Tu Obra a través de mi vida.

Y yo renuncio a todo apego, a todo aferramiento a cualquier cosa de este mundo, te entrego lo que yo más amo con temor y temblor. Te pongo mis ilusiones juveniles, los sueños del futuro, las cosas que yo más amo, los rasgos de mi carácter y mi personalidad y mi temperamento, todos mis apetitos, las cosas que me dan placer, todo lo pongo en Tus Manos Señor. Entrega ahora mismo al Señor todo lo que hay en ti para que tú puedas entonces experimentar lo que es el verdadero gozo de la vida cristiana, entonces pueda comenzar verdaderamente la fiesta.

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